La colonoscopia con cápsula es un método ambulatorio y no invasivo para explorar el colon. Con esta prueba podemos diagnosticar el 86% de los pólipos que se encuentran con la colonoscopia convencional.
La prueba consiste en la ingestión de una cápsula con dos minicámaras incorporadas que tomarán imágenes del intestino grueso.
La cápsula endoscópica del colon explora el intestino grueso de forma mínimamente invasiva. No es necesario ingresar a los pacientes, ni sedarlos o anestesiarlos; tampoco es necesario introducirles ningún tubo o aire ni someterlos a radiación.
Una vez ingerida la cápsula el paciente puede continuar con su vida normal mientras las imágenes que capta la cápsula a su paso por el intestino quedan grabadas en el receptor que deberá llevar incorporado durante ese día.
Tras la expulsión de la cápsula, la persona a la que se le realiza la exploración llevará el receptor a los servicios médicos, quienes descargarán las imágenes grabadas en un ordenador.
Para evaluar el colon de forma correcta es necesario que éste se encuentre lo más limpio posible para poder detectar el mayor número de lesiones.
Los tres o cuatro días antes de la prueba es aconsejable tomar una dieta sin fibra (sin fruta, verdura, legumbres, productos integrales, etc.).
El día previo a la exploración el paciente debe limpiar el colon mediante la ingesta de una solución evacuante.
Tras la prueba podrá realizar una vida completamente normal, reanudando su actividad habitual.
El médico evaluará todas las imágenes recogidas durante el proceso y le indicará si es necesario realizar alguna prueba complementaria.