Los schwannomas o neurinomas son tumores que se desarrollan a partir de las células de Schwann. Estas células forman parte del recubrimiento de los nervios y son las encargadas de producir la mielina.
Son más frecuentes en la quinta década de la vida y aparecen con más frecuencia en los hombres.
Los más frecuentes se asocian al nervio vestibular o acústico (VIII par craneal); con menos frecuencia al nervio trigémino (V par), al nervio facial (VII par) y al nervio glosofaríngeo (IX par). Es muy raro que aparezcan asociados a otros pares craneales o en otra localización (intraespinales o en relación con nervios periféricos).
Los primeros síntomas que suelen aparecer son una pérdida de audición y la aparición de ruidos (tinnitus) unilaterales, que pueden aparecer bruscamente, ser episódicos o ir apareciendo a lo largo de unos años. Con los años pueden aparecer otros síntomas como hipoestesia facial, parálisis facial o dificultad para tragar (o disfagia).
Cuando se diagnostican de forma tardía pueden aparecer síntomas como inestabilidad de la marcha, cefalea y vómitos, debidos a la hipertensión dentro del cráneo (intracraneal).
Con excepción de los nervios ópticos, todos los nervios poseen células de Schwann y son lugares donde pueden aparecer estos tumores. Los schwannomas vestibulares a medida que crecen invaden el conducto auditivo interno y posteriomente comprimen el troncoencéfalo y el cerebelo.
El diagnóstico se realiza por la clínica del paciente y a través de una resonancia magnética cerebral que confirmará el diagnóstico.
En algunos casos unicamente es necesario un seguimiento ya que son lesiones benignas de lento crecimiento: esto estaría indicado en pacientes mayores de 70 años, con lesiones muy pequeñas y con enfermedades sistémicas serias o tumores que cursan sin dar síntomas.
La radiocirugía está especialmente indicada en pacientes mayores y/o en tumores pequeños (los mejores resultados aparecen en tumores menores de 2cm. de diámetro máximo). La principal desventaja es que esta técnica no permite la curación, solo el control del cremiento y puede dificultar cirugías posteriores si fueran necesarias. También pueden causar neuropatías del nervio facial o del trigémino. Las ventajas son que el paciente no requiere ingreso hospitalario, puede incorporarse al trabajo en días o semanas y el riesgo de paresia facial es menor.
En cuanto a la microcirugía es el único tratamiento que puede conseguir una curación completa y está indicada en tumores medianos y grandes.
A veces se pueden combinar microcirugía y radiocirugía.