El maltratador psicológico o físico puede ser un hombre (más frecuentemente) o mujer que suelen tener las siguientes características:
Suelen ser personas controladoras y con un bajo nivel de autoestima: estas personas quieren incrementar su autoestima a medida que bajan la de la otra persona agredida. Son inseguros y poseen una baja capacidad para gestionar su propias emociones y su empatía hacia los demás. Tienen una baja tolerancia a la frustración, a menudo poseen rasgos de personalidad psicopática (falta de compasión hacia los otros) y pueden llegar a tener creencias sobrevaloradas.
Generalmente los maltratadores psicológicos son personas amables y encantadoras con la mayoría de las personas excepto con su víctima aunque tienen ciertas dificultades para establecer relaciones, tanto sociales como de pareja y no tienen buenas relaciones con la familia.
Tiene cierta tendencia al castigo fácil, a menudo hay desajustes en sus matrimonios y una importante insatisfacción personal.
En algunos casos los maltratadores han sido víctimas de malos tratos, aunque el hecho de haber sido maltratado no implica (ni justifica) que la persona se convierta en un maltratador. Un 81% de los agresores han sufrido agresiones en su infancia. Con frecuencia han tenido poblemas de adicción a las drogas o al alcohol.
Su comportamiento hacia la víctima se caracteriza por una gran variedad de amenazas (echarle de casa, macharse él/ella, llevarse a los hijos, suicidarse...). Utiliza a menudo la ironía para dar lugar a la ambigüedad de sus actos, pone en duda la estabilidad emocional de la víctima, la intimida (malos gestos, gritos), se irrita y tiene cambios bruscos de su estado de ánimo con facilidad y constantemente culpa a la víctima de todo lo que va mal.
Los agresores domésticos se pueden encontrar en cualquier categoría social y económica aunque las malas condiciones de vida (el hacinamiento, la marginación, la falta de ayuda en situaciones difíciles o la precariedad económica) pueden favorecer la aparición de este tipo de situaciones.
Suelen ser personas muy dependientes a nivel emocional aunque esta dependencia se manifiesta con un carácter agresivo. Es confiado y altivo, aparece seguro de sí mismo y confiado con la pareja (seguro de que no va a ser abandonado). Necesita la humillación y la sumisión de su pareja para estar contento ya que así no peligra su situación de poder.
A menudo tienen sentimientos diferentes hacia la pareja, la necesitan y la quieren pero sienten hostilidad hacia ella como forma de canalizar sus carencias de tiempos atrás (infancia, adolescencia).
Son afectos positivos y negativos que ayudan a odiar a la pareja pero a necesitarla siempre a su lado y con él.
Suelen aparecer los celos patológicos sin fundamento, acosan, humillan y controlan a la pareja en todo lo que hace como forma de camuflar su necesidad de dependencia y su baja autoestima.Tienen muchas carencias escondidas, todo está camuflado debajo de una coraza de fortaleza, pero realmente es una personalidad patológica con muchas carencias y muy poca valoración sobre sí mismo. A menudo son incapaces de mostrar sentimientos hacia el resto de las personas y este embotamiento emocional les ayuda a actuar, unido muchas veces a alcoholismo o drogadicciones.
Aunque la mayoría de los maltratadores se ajustan a este perfil, no existe un perfil típico que los identifique: el que agrede lo hace por que quiere y cree que sus actos no tienen por que ser castigados.