El Crystal Meth es una metanfetamina muy adictiva que estimula el sistema nervioso central. Provoca euforia y excitación. La llaman Cristal por su forma ya que parecen pequeños pedacitos de cristal blanco, aunque también se puede presentar como un polvo blanco o amarillo.
Se le conoce también con otros nombres como "speed", "met", "tiza", "hielo", o "vidrio". Asimismo, se la llama "píldora del miedo" porque causa la suspensión de la conciencia y la noción de riesgos, o "Day of Birthday" (día de cumpleaños) porque provoca un placer intenso que recuerda al día de nacimiento. En los últimos 15 años, esta droga se ha hecho muy popular. Es una de las drogas más adictivas ya que su consumo aumenta los niveles de dopamina en el cuerpo entre 1000% y 7000% (el crack los aumenta unos 350%).
El cristal se puede utilizar de varias formas: ingiriéndola, inhalándola, fumándola, introduciéndola por el ano, inyectándola o utilizando el llamado tubo caliente.
Aparece una sensación de bienestar, euforia, vitalidad excesiva, exaltación del ánimo, hiperactividad, inhibición del sueño y del apetito y un aumento del apetito sexual. Los efectos pueden durar entre 6 y 12 horas.
Pueden aparecer pérdida de piezas dentales, llagas en la piel, aumento de la temperatura corporal y sudoración, envejecimiento prematuro provocado de la falta de sueño, caída del pelo (por la ansiedad), infarto e hipertensión arterial.
Una vez pasada la sensación de euforia, inmediatamente los daños afectan al organismo. El consumo de cristal implica un grave peligro para el sistema cardiovascular ya que causa presión alta, taquicardia, alteraciones del ritmo cardíaco y hasta derrames cerebrales con daños irreparables. Una sobredosis de estas metanfetaminas puede llegar a provocar hipertermia o convulsiones, que si no son tratadas a tiempo pueden ser fatales.
Ansiedad, irritabilidad, confusión, pérdida de memoria, deterioro intelectual importante, conductas violentas, depresión y cuadros paranoicos.
Violencia, delincuencia, violaciones, alejamiento o pérdida de la familia, amigos, pareja y trabajo y exclusión social.
Todos estos efectos pueden traducrise en delitos, violaciones, arrestros, prisiones de cárcel, asesinatos e incluso la muerte (producida por intentos de robo, por ajustes de cuentas o por su simple consumo prolongado).
La necesidad de consumo de este tipo de droga no es diaria, sino que es esporádica, lo que no implica que no sea adictiva. A pesar de que el tiempo entre una dosis y otra puede ser hasta de dos meses, no tiene relación con su nivel de adicción, ya que el deseo irrefrenable de consumirla vuelve. Asimismo, es una de las drogas más difícil de dejar. El solo hecho de consumirla una vez tiene un 99% de posibilidades de convertirse en adicción.