Recolectar y consumir hongos presentan riesgos de intoxicación alimentarios importantes, entre los que están algunos de carácter grave. Estas son reglas que tienes que respetar al recolectar y al consumir hongos particularmente de especies micológicas no identificadas.
Cada año, se producen miles de casos de intoxicación alimentaria debida al consumo de hongos.
La razón principal de una intoxicación alimentaria por consumo de hongos es la confusión de la especie tóxica consumida con una especie comestible. Es el caso por ejemplo con inocybe geophylla, variedad Liliacina, hongo tóxico confundido con la amatista. Citemos también la confusión del hongo boleto de Satanás con el hongo boleto de pie rojo.
Los síntomas más frecuentes de una intoxicación alimentaria son: diarrea, vómitos, náuseas, temblores, vértigos, problemas de visión.
Las consecuencias del consumo de hongos tóxicos son diversas y pueden ir desde un simple problema digestivo a una disfunción renal, incluso una afección grave del hígado que puede necesitar una hospitalización y causar la muerte.
La principal recomendación es no recoger hongos de los cuales se tiene duda en cuanto a su especie. El control de la recolección puede ser asegurado por un farmacéutico o un miembro de una asociación de micología. Un estado avanzado de podredumbre del hongo debe también disuadir su recolección. También es recomendado no recoger hongos que se encuentran en sitios contaminados porque concentran contaminantes. Por ejemplo: bordes de camino, vertederos, zonas industriales.
Un hongo se recoge entero, con sombrero y pie. Esto permite una identificación más fácil. Es importante lavarse la mano después de la recolección.
Las especies micológicas recogidas deben ser almacenadas en un cartón o una caja pero no en una bolsa plástica ya que favorece su putrefacción. Hay que separar las especies diferentes porque un hongo venenoso puede contaminar a los otros hongos. Los hongos se conservan como máximo dos días en la refrigeradora.
Es recomendado consumir los hongos en cantidades razonables, bien cocidos y jamás crudos.
En caso de aparición de los síntomas de intoxicación alimentaria, hay que llamar a urgencias o un centro de atención toxicológica.
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