Las infecciones nosocomiales son aquellas que el paciente contrae mientras se encuentra ingresado en un hospital o clínica (en latín, nosocomium). Son un problema importante en salud pública y son más frecuentes durante los ingresos en las unidades de cuidados intensivos.
Las infecciones nosocomiales son las que se contraen en un establecimiento sanitario (hospital, clínica...), que no estaban presentes en el momento de ingreso del paciente. Cuando se desconoce el estado infeccioso del paciente al ingresar, la infección suele considerarse nosocomial cuando ocurre 48 horas después de la hospitalización. Si aparece antes de las 48 horas del ingreso no se considera nosocomial sino que esta infección se estaba incubando en el momento de la admisión del paciente en el centro.
El total de pacientes con infección nosocomial en España es del 7,56 %. Una cifra comparable a la que se registra en el resto de países europeos, donde oscila entre el 6 y el 9 %.
Las infecciones contraídas en los contros de salud figuran entre las principales causas de defunción y aumento de la morbilidad en pacientes hospitalizados.
Con independencia de la vía de transmisión, el estado del paciente favorece la aparición de una infección nosocomial: la edad y los problemas de salud previos son especialmente importantes. Las personas de edad avanzada, las personas inmunodeprimidas, los recién nacidos (en particular los prematuros), los politraumatizados y los grandes quemados son el grupo con más riesgo.
También algunos tratamientos pueden, paradójicamente, facilitar la aparición de una infección de este tipo: los tratamientos con antibióticos que desequilibran la flora de los pacientes y seleccionan las bacterias resistentes y los tratamientos inmunosupresores.
Las infecciones son más frecuentes cuando se realizan procedimientos invasivos necesarios para el tratamiento del paciente: colocación de una sonda o un catéter, ventilación artificial o intervención quirúrgica.
Esas infecciones pueden estar directamente asociadas a los tratamientos (por ejemplo, la infección con un catéter) o simplemente contraerse durante la hospitalización, independientemente de cualquier intervención médica.
Son, por orden decreciente, las unidades de cuidados intensivos, la cirugía y la medicina, según la especialidad. Los servicios de menor riesgo son los servicios de pediatría y psiquiatría. Esos problemas son igual de frecuentes en las unidades residenciales de corta, media o larga estancia.
Hasta hace algunos años la infección del tracto urinario era la infección nosocomial más frecuente; actualmente son las infecciones del tracto respiratorio, seguidas de la infección urinaria y la de localización quirúrgica.