En los seres humanos, las cavidades celómicas se forman desde la etapa embrionaria. Están recubiertas por una membrana serosa, que produce un poco de líquido lubricante. Hay tres tipos principales de cavidades celómicas: la cavidad peritoneal (contiene los órganos abdominales: estómago, hígado, páncreas, intestino delgado, etc.), la cavidad pleural (contiene los pulmones) y la cavidad pericárdica (rodea al corazón ). Estas cavidades delimitan un espacio lo suficientemente grande como para permitir a los órganos que contienen desarrollarse y funcionar adecuadamente. También les protege contra diversas agresiones (por ejemplo, un choque o los cambios de temperatura).