La pericarditis tuberculosa es un complicación posible de una tuberculosis, enfermedad provocada por una bacteria que se denomina Bacilo de Koch. La pericarditis tuberculosa, concretamente, se corresponde a una inflamación de la membrana que envuelve el músculo cardíaco: el pericardio. Puede ser aguda (pasajera) o crónica (cuando dura más de 3 meses). Puede evolucionar hacia un taponamiento cardíaco (complicación cardíaca potencialmente mortal que necesita de una intervención de urgencia) o hacia una pericarditis constrictiva (también potencialmente mortal). A veces los síntomas tardan en manifestarse y la pericarditis se diagnostica en la fase constrictiva: el paciente presenta en estos casos una dificultad para respirar al hacer esfuerzos, edemas a nivel de las piernas y un hígado hipertrofiado. El tratamiento generalmente es a base de antibióticos antituberculosos a veces asociados a corticoides. Los casos más graves necesitan una intervención quirúrgica.