Desde un punto de vista genérico, el conducto auditivo externo designa la parte más externa del oído. En cualquier animal mamífero o en el hombre, este conducto conduce los sonidos hasta el tímpano donde serán transformados en informaciones mecánicas y, posteriormente, eléctricas. Este conducto (al igual que el tímpano) puede sufrir infecciones. En caso de problemas el médico o el veterinario pueden examinar la totalidad del conducto auditivo externo con ayuda de un otoscopio y prescribir gotas destinadas a luchar contra los microbios.