Cuando hablamos de consolidación ósea nos referimos al fenómeno por el cual, en caso de fractura, el hueso se solidifica para estabilizar los dos fragmentos óseos y restituirles su función. Este proceso de cicatrización ósea pasa con la formación de un callo óseo (después de la fractura aparece un hematoma, después un callo fibroso que estabiliza la zona de fractura y después, por fin, el callo óseo). La consolidación ósea se termina modelando el callo para asegurar así una unión eficaz.