La supuración es la aparición de pus consecutiva, en la mayoría de los casos, a una infección. El pus que se forma contiene un gran número de polinucleares neutrófilos que son una clase de leucocitos (o glóbulos blancos). La supuración designa el flujo de este pus. La infección puede ser superficial, como en el caso de forúnculo o de un abceso a nivel de la encía por ejemplo, o bien profunda y afectar a un órgano o al cerebro. El tratamiento consisten en limpiar la herida, extraer el pus y desinfectarla.