Los glóbulos blancos o leucocitos son células producidas por la médula ósea, que son responsables de las defensas del sistema inmunológico contra las agresiones externas, como las bacterias o virus infecciosos. Completan el sistema inmunológico del cuerpo humano y están presentes en la sangre, los ganglios linfáticos, el bazo, las amígdalas, las adenoides y en el sistema linfático. El valor normal de los glóbulos blancos en la sangre varía entre 4000 y 10.000/mm3. En caso de un valor más alto se llama leucocitosis; en caso contrario, es un caso de leucopenia. Hay tres principales tipos de glóbulos blancos en la sangre: monocitos, linfocitos y granulocitos. Entre estos últimos podemos distinguir entre neutrófilos, basófilos y eosinófilos.
Un bajo número de leucocitos (leucopenia) constituye una reducción de todo el sistema inmune, que se vuelve más frágil y propenso a las infecciones. Esto puede ser causado por infecciones virales, como las enfermedades causadas por el virus del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o debido a enfermedades que afectan a la médula ósea, como la leucemia, o tomar ciertos medicamentos.
Un aumento en el número de glóbulos blancos (leucocitosis) puede reflejar una infección o un trastorno relacionado con la médula ósea. La infección puede tener causas bacterianas o víricas, como las causadas por los dientes o de la orina.
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