Las lesiones musculares pueden ser benignas o graves según su intensidad. Las más ligeras son las agujetas que son debidas a pequeños derrames sanguíneos. También tenemos los calambres, algo más dolorosos pero que duran poco, y las contracturas que provocan un espasmo muscular particularmente sensible. Cuando la lesión muscular es una contusión se afectan las fibras musculares. Estas fibras se afectan más aún en caso de elongación, lesión o ruptura (desgarro muscular) y en estos casos el movimiento es imposible.