Es importante distinguir el mentidor patológico de aquel que a veces exagera algunos de sus propósitos. Cuando una persona miente de forma patológica, sobre todo y todo el tiempo, puede acabar por creerse él mismo las historias que explica. En este caso se vuelve un mitómano. La mayoría de los mentirosos patológicos son personas que tienen un problema de confianza en sí mismos y que se inventan las historias para despertar el interés en los demás. Los mentidores patológicos tienen miedo de no ser amados por lo que ellos son en realidad.