El Observatorio del Medicamento, de los Dispositivos médicos y de la Innovación Terapéutica (OMEDIT por sus siglas en francés) definió las medidas a adoptar que hay que realizar en caso de cistitis reincidente en la mujer.
A continuación, te presentamos diez puntos esenciales, particularmente la evaluación del carácter reincidente, la prescripción de un tratamiento adaptado y la educación del paciente.
Según el OMEDIT, es aconsejado distinguir contaminación, colonización, e infección urinaria baja. El diagnóstico es realizado por medio de cintas urinarias y por medio de un examen citobacteriológico de orina (ECBU).
El OMEDIT estima el carácter reincidente a más de 4 episodios de cistitis agudos al año. Las modalidades de aparición deben ser analizadas para establecer el diagnóstico de cada episodio.
El OMEDIT insiste en el carácter indispensable del análisis de ECBU repetido, en particular las características biológicas y los datos de antibiogramas. En caso de infecciones repetidas por gérmenes diferentes, se trata de una cistitis reincidente clásica. En cambio, en caso de infecciones repetidas por la misma cepa, puede tratarse de una cistitis desconocida que comprende riesgos de complicaciones.
El OMEDIT recomienda identificar el tiempo de su primera aparición, los factores favorecedores y el carácter postcoital. Un examen clínico adaptado debe ser realizado, como un examen pelviano, buscando un prolapso y un examen de uretra.
Según el OMEDIT, es aconsejado contemplar la realización de exámenes complementarios simples tales como una ecografía renal y vesical y un examen ginecológico. Estos exámenes son particularmente recomendados en caso de sospecha de cistitis desconocida con riesgo de complicaciones. El OMEDIT recomienda considerar una estrategia de exploración, eventualmente en un marco multidisciplinario, en las mujeres postmenopáusicas o en caso de anomalía anatómica, obstrucción de las vías urinarias, diabetes, inmunodepresión, tumor abdomino-pélvico, neumaturia, fecaluria o diverticulosis.
El OMEDIT indica que se trata de la única estrategia a adoptar si las recidivas son inferiores a uno al mes en un período de 12 meses. Es recomendado seguir las modalidades terapéuticas de una cistitis simple, en función a los resultados del antibiograma. Las modalidades de utilización deben ser precisadas educando al paciente.
Este tratamiento debe ser sistemáticamente seguido por un tratamiento antibiótico profiláctico.
El OMEDIT recomienda a los médicos invitar al paciente a seguir medidas higiénico-dietéticas y darles consejos indispensables si los episodios de cistitis aparecen más de una vez al mes. También es recomendado favorecer las aportaciones hídricas, las micciones postcoitales y luchar contra el estreñimiento. Las micciones retenidas son fuertemente desaconsejadas. En caso de infección por la bacteria E. coli, el consumo de arándano es aconsejado.
Según el OMEDIT, esta opción debe ser contemplada únicamente si más de un episodio mensual es observado y en caso de fracaso adoptar medidas higiénico-dietéticas. Esta antibioterapia debe ser administrada obligatoriamente inmediatamente después del tratamiento curativo de una cistitis simple. En ausencia de síntomas durante el tratamiento, el OMEDIT no preconiza la realización de exámenes citobacteriológicos de orina sistemáticos. En cambio, es deseable informar efectos secundarios e interacciones medicamentosas eventuales y proceder a una evaluación del informe beneficio/riesgo.
El OMEDIT precisa que la nitrofurantoina es fuertemente contraindicada. En caso de cistitis sintomática, la antibioterapia profiláctica debe ser detenida. Un ECBU debe ser realizado antes de empezar un tratamiento curativo.
El OMEDIT recomienda adaptar la antibioterapia según los datos del antibiograma. Las modalidades de prescripción son las siguientes: sulfametoxazol/trimetoprima 400/80 mg, 1 cápsula/día para una prescripción diaria y 1 sobre de fosfomicina-trometamol cada siete días en caso de prescripción semanal. Una opinión especializada debe ser pedida para una prescripción discontinua alternada si las cepas resultan resistentes. El tratamiento debe durar entre seis meses y dos años, con reevaluación regular del informe beneficio/riesgo.
El OMEDIT recomienda eliminar el diagnóstico de vaginosis bacteriana y la presencia de agentes de uretritis. La micción postcoital y la interrupción del uso de los espermicidas deben serle aconsejados al paciente. La profilaxia postcoital discontinua debe ser preferida a la profilaxia antibiótico continua.
El OMEDIT invita a los médicos a consultar una opinión especializada en caso de fracaso o en caso de cepa resistente.
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