Antes de tener relaciones sexuales por primera vez tienes que estar seguro o segura de que estás preparado/a para vivir esta primera experiencia que vas a recordar, probablemente, toda tu vida.
El sexo no solo es un acto de placer físico, sino que también intervienen factores emocionales y conviene administrarlos bien. Incluso puede, en algunos casos, conllevar riesgos físicos para tu salud. Ten en cuenta que no es lo mismo pensar que estás preparado para ello que realmente estar preparado para ello.
Por lo tanto, no debes permitir que tu primera experiencia sexual sea desafortunada. Una vez que la hayas tenido no hay vuelta a atrás. Sé inteligente, asegúrate que estás preparado/a para ello si deseas hacerlo sin lamentarte.
Antes de iniciarte obtén el máximo de información sobre la sexualidad: pregunta a las personas más mayores de tu entorno, tus padres, profesores, monitores,...
Debes conocer tu cuerpo y los riesgos que enfrentas al iniciarte en el sexo. La primera experiencia debería estar bien planeada aunque habitualmente no suele ser así, ya que menudo aparecen dudas, culpabilidades y miedo.
La cabeza de los adolescentes está, a menudo, llena de mitos sobre el sexo. Las causas son diversas: la falta de información, las presiones sociales y una educación insuficiente y, muchas veces, represiva respecto a estos temas.
El problema de la falta de intimidad: muy a menudo los jóvenes adolescentes no tienen un espacio privado para encontrase y, sin prisas, explorarse y disfrutar del sexo. Esta situación impide que una joven pareja pueda disfrutar plenamente de sus primeras relaciones sexuales. Por eso en muchos casos las relaciones son rápidas y nerviosas, en lugares inadecuados o en la casa del novio o de la novia y con los padres a punto de llegar.
Es muy importante preparar un lugar apropiado donde podáis estar relajados y hacer el amor con tranquilidad. Explorar la sexualidad con calma ayudará a los chicos a no eyacular antes del tiempo o a no tener problemas de erección. Las chicas adolescentes que viven situaciones sexuales muy ansiosas y con prisas suelen presentar más problemas de dolores en la penetración y no alcanzan un nivel más intenso de placer debido a la tensión.
Buscar el momento apropiado para tener intimidad es un factor muy importante en las primeras relaciones sexuales. La prisa puede llevar a la ansiedad y a la angustia. Se necesita tiempo para encontrar la intimidad y poder dar rienda a la expresión natural de sentimientos sexuales.
Buscar un espacio propio para relajarse y disfrutar del momento. Esto es muy importante. La sexualidad es una necesidad biológica, natural como comer o dormir. Si nos sentimos bien, relajados y tranquilos podremos apreciarla con más intensidad.
Al desarrollar una sexualidad natural y serena con el tiempo y el espacio adecuados, vas a obtener más placer con el sexo, principalmente en la primeras e inolvidables relaciones sexuales.
La mayor parte de los jóvenes suelen iniciar la relación sexual con besos y caricias. A los chicos, en general, les gusta acariciar los senos, esas protuberancias redondeadas que tanto les atraen y que es una de las zonas más erógenas del cuerpo femenino. Las chicas, en cambio, prefieren besar el cuello y el pecho de la pareja. Los más atrevidos de ambos sexos llegan a acariciar superficialmente sus genitales y los de su pareja.
Este período y estos preámbulos pueden repetirse a lo largo de varios días, semanas o meses, dependiendo de la experiencia previa de cada una de las partes. Después suele llegar la masturbación en solitario o en pareja. Esta etapa es muy importante para descubrir las diferencias físicas y psicológicas de ambos sexos así como las maneras propias de reaccionar ante el placer y otros estímulos asociados a él. Al final esta etapa de experiencias novedosas contribuye a que la joven pareja esté lista para un encuentro mucho más profundo que casi siempre ocurre bajo mucha tensión para ambas partes.
Las chicas casi siempre llegan asustadas por aquello de que la primera vez "duele y sangra".
A los chicos la penetración a una vagina les ha sido descrita, a menudo, casi como la conquista del paraíso. A menudo estos "prejuicios" pueden comprometer la experiencia: en el caso de las chicas puede provocar una respuesta física contraria a la que se necesita para facilitar y disfrutar la penetración --el miedo al dolor hace que la vagina se contraiga y no lubrique como potencialmente podría-- . En el caso de los chicos estas falsas expectativas sobre el primer coito, a menudo demasiado corto, les deja la sensación de "¿esto es todo?".
Es preciso entonces que ambos lleguen al sexo por un camino natural, despacio, sin saltos y sin presiones externas que pueden venir del grupo (un entorno esencial a esa edad), o de las familias.
El primer coito casi nunca es extraordinario por el placer físico que reporta: lleva su tiempo descubrir las capacidades sensuales del cuerpo, administrar orgasmos y dominar ciertas técnicas que ayudan a retener o provocar la eyaculación.
Son importantes las lecturas adecuadas y, especialmente, el diálogo con la pareja y también con personas de más experiencia.
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