El calcio y el fósforo son dos de los elementos minerales más abundantes en el cuerpo humano. Se encuentran fundamentalmente formando el esqueleto mineral, en forma de un compuesto llamado hidroxiapatita.
El calcio tiene unas funciones muy importantes como son, entre otras, su participación en la contracción muscular, excitabilidad nerviosa, coagulación de la sangre o en la secreción de glándulas exocrinas.
El fósforo tiene importantes funciones metabólicas, participando en la regulación de enzimas y almacén energético.
Desde que nacemos y durante el crecimiento aumentan los depósitos de calcio. Alrededor de los 30 años, se alcanza el valor máximo de masa ósea y, a partir de los 50 años, esa masa ósea comienza a disminuir. Una dieta equilibrada consigue aportar la cantidad precisa de estos minerales. Solamente en el caso de que exista algún problema en su absorción o eliminación, será necesario tomar suplementos.
En el hiperparatiroidismo, en el hipoparatiroidismo, insuficiencia renal aguda, insuficiencia renal crónica, osteoporosis y raquitismo.
Los niveles de calcio en suero se mantienen en unos niveles muy estrechos (entre 8 y 10,5 mg./dl.) y el mantenimiento del equilibrio del calcio y fósforo es llevado a cabo por tres hormonas fundamentalmente, la paratirina o paratohormona (PTH), la vitamina D y la calcitonina, que actúan a nivel de tres órganos, que son el hueso, el riñón y el intestino. La paratohormona (PTH) responde a niveles bajos de calcio favoreciendo en el riñón la reabsorción tubular de calcio, la eliminación de fósforo por la orina y también la síntesis de la forma activa de la vitamina D (1,25- dihidroxi-colecalciferol). En el hueso la paratirina favorece la resorción ósea, con lo que se libera calcio y fosfato a la circulación sanguínea.
La vitamina D favorece la absorción de calcio y fósforo intestinal. También favorece la absorción intestinal de calcio un medio ácido y la presencia de proteínas, mientras que el ácido fítico, presente en algunos cereales, los ácidos grasos o el oxalato, disminuye su absorción.
La calcitonina también regula los niveles de calcio ya que se secreta cuando los niveles de calcio están elevados y favorece su depósito en el hueso disminuyendo la resorción ósea.
La mayoría del fósforo se encuentra junto con el calcio formando el hueso. Los niveles normales de fosfato en suero oscilan en adultos entre 2,5 y 4,5 mg./dl, mientras los niños, por su estado de crecimiento, tienen niveles de fosfato ligeramente más altos, entre 4 y 7 mg/dl. Es importante realizar la extracción en ayunas, pues los valores séricos de fosfato disminuyen tras las comidas.
Para medir el fosfato en orina, es necesario recogerla durante las 24 horas, debido a la amplia variación diurna en la eliminación de fosfato. Existen numerosas patologías en que está alterado el metabolismo fosfo-cálcico y que pueden llevar a una híper o hipocalcelmia. Entre las causas de aumento de calcio sérico pueden estar el hiperparatiroidismo o los tumores. Entre las causas de hipocalcemia pueden estar, entre otras, el hipoparatiroidismo o la insuficiencia renal.