Mastitis

Qué es la mastitis

La mastitis es la inflamación de la glándula mamaria.

Esta patología puede aparecer durante la lactancia en forma de mastitis posparto -también denominada mastitis puerperal- o en cualquier otro momento. Si la inflamación aparece en un recién nacido, los médicos hablan de mastitis neonatal.

Qué causa la mastitis

La mastitis hace referencia a la infección de la mama a causa de bacterias que penetran en el tejido a través de las fisuras de la piel de la mama y los conductos del pezón.

Quién puede padecer mastitis

Las infecciones en las mamas aparecen generalmente en mujeres que dan el pecho a sus bebés, ya que los cambios anatómicos y fisiológicos que sufren las mamas y el trauma local que ejerce la succión por parte del bebé puede provocar lesiones y riesgo de infecciones.

Cuántos tipos de mastitis existen

Las mastitis pueden ser bacterianas o no. El staphylococcus aureuses el agente responsable de las mastitis bacterianas o infecciosas.

En ocasiones, la producción masiva de prolactina -una hormona que estimula la producción de leche- o la alteración benigna del pecho, denominada mastopatía, causan una inflamación de la glándula mamaria.

Del mismo modo, la mastitis puede ser un síntoma de ciertos tumores o incluso cáncer de mama.

Cuáles son los síntomas de una mastitis

Una mastitis aguda se exterioriza con síntomas similares a los de la gripe tales como fiebre, malestar y dolor generalizado, endurecimiento, enrojecimiento y calentamiento de una de las mamas.

La mastitis suele provocar la inflamación de uno de los pechos (mastitis unilateral) dolor, aumento del tamaño de la mama, aumento de la sensibilidad en el pezón, secreción de pus y ganglios inflamados y dolorosos en las axilas.

Qué causa la mastitis puerperal o mastitis relacionada con la lactancia materna

La mastitis puerperal puede aparecer durante la lactancia como consecuencia de la falta de higiene de las mamas o debido a una fisuración de la piel de los pezones de modo que las bacterias que viven sobre la piel (estafilococos) penetran en el tejido graso de la mama y proliferan.

No obstante, la mastitis puerperal, generalmente va ligada a un problema de estasis o estancamiento de la leche materna en la mama que aparece cuando la leche no se extrae del pecho de forma eficaz. Esto puede ocurrir cuando el recién nacido empieza a lactar demasiado pronto después del parto o cuando no extrae correctamente la leche.

Una de las principales causas de la mastisis puerperal son las grietas o fisuras que se forman en el pezón y que pueden prevenirse si se mejora la posición del bebé cuando mama.

La mastitis también aparece cuando se saltan las tomas o se restringe el tiempo durante el cual mama el bebé, así como el cansancio o el estrés, el uso de sostenes muy ajustados o pezoneras o cuando se duerme boca abajo.

Por último, la sobreproducción de leche materna o dar el pecho a gemelos o a trillizos causa mastitis. El origen de la mastitis es un flemón o absceso que comprime los conductos de salida de la leche mamaria.

Otras causas de la mastitis en las mujeres

La mastitis puede aparecer durante las relaciones sexuales cuando se succionan los pezones. El área afectada con mayor frecuencia es la zona cercana al pezón.

La mayoría de las mujeres que sufre este tipo de infección tiene alrededor de 30 años y aproximadamente el 90 % de ellas son fumadoras. Al parecer, el tabaco o las sustancias presentes en el cigarro dañan los conductos situados debajo del pezón y hacen que se infecten.

En otras ocasiones, la infección también se produce tras un fuerte golpe en la zona. Este tipo de infección se conoce como mastitis periductal y provoca dolores y enrojecimiento alrededor del pezón e incluso puede aparecer junto a un tumor. En este caso, conviene realizar pruebas complementarias tales como una ecografía (ultrasonido), una mamografía o un análisis de sangre.

Cómo tratar la mastitis cuando aparece durante la lactancia

La mastitis se trata con la aplicación de calor local mediante paños húmedos, varias veces al día, para localizar la infección y evitar su extensión.

Los antibióticos de amplio espectro vía oral o intramuscular también se prescriben para tratar la mastitis.

Siempre es posible extraer la leche materna de forma manual pero si el antibiótico lo permite se debe mantener la lactancia.

Además, se aconseja limpiar correctamente la mama.

La mastitis puede complicarse y aparecer un absceso -acumulación de pus- . En este caso será preciso efectuar una incisión con ayuda de una aguja o un bisturí para drenar la mama por lo que la lactancia deberá suspenderse.

Cómo tratar la mastitis cuando aparece fuera del periodo de lactancia

La mastitis debe tratarse con antibióticos durante un periodo de entre diez y catorce días al menos, independientemente del curso de la enfermedad.

La aplicación de bolsas de hielo o de agua caliente aliviará el dolor. El calor, en particular, además de disminuir el dolor, facilita la evacuación del exceso de líquido.

También es importante beber abundante líquido y administrar analgésicos para aliviar el dolor, si es necesario.

Los sujetadores deberán cumplir su función correctamente y no apretar, presionar o provocar dolor en las mamas, de no ser así, se aconseja sustituirlo por uno nuevo.

Qué es la mastitis bovina

La mastitis bovina es una inflamación de la glándula mamaria que provoca cambios en la composición bioquímica de la leche y en el tejido de la glándula mamaria.

Es una de las enfermedades más frecuentes de las vacas lecheras y afecta particularmente a la raza vacuna Holstein o frisona, una de las más utilizadas para producir leche.

La mastitis tiene un impacto negativo en la calidad y la cantidad de leche producida. Si esta patología no se trata a tiempo puede hacerse crónica y la vaca deberá ser sacrificada.

Para evitar y reducir la aparición de la mastitis de origen ambiental, lo correcto es apostar por la prevención basada en una buena alimentación y agua, lecho de buena calidad e instalaciones limpias y ventiladas. También se cuidará la higiene de las vacas, cuyos pezones se deberán mantener limpios y secos. Las vacas deberán quedarse de pie durante algún tiempo, después de haber sido ordeñadas.

Foto: © In Green - Shutterstock.com

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