Exploración del pecho

La autoexploración mamaria es una forma rápida, sencilla e indolora de detectar cualquier anomalía en las mamas. Aprende a realizar este examen clave para prevenir el cáncer de mama.

¿En qué consiste la autoexploración mamaria?

La autoexploración mamaria es la exploración periódica de la mama por la propia mujer para detectar cualquier alteración que haga sospechar la presencia de un tumor.

Es una prueba sencilla, rápida y sin riesgos para la salud ni desembolso económico pero requiere un adiestramiento previo para su correcta realización.

Para poder detectar cualquier cambio de los senos rápidamente, cada mujer debe conocer su morfología y textura.

El autoexamen mamario dura entre 4 y 5 minutos. Se recomienda empezar a realizarlo desde que la mujer tiene su primera regla para adquirir y establecer un hábito permanente. Nunca debe efectuarse durante la menstruación sino al día siguiente. Si la mujer está en la menopausia deberá realizar la autoexploración el mismo día cada mes.

Autoexploración mamaria para detectar cáncer de mama

El objetivo de la autoexploración mamaria es la detección precoz del cáncer de mama o de cualquier alteración en los senos que pudiera ser perjudicial para su salud.

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente en las mujeres a nivel mundial. en efecto, una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama en algún momento de su vida. Este tipo de tumor representa el 28 % de todos los cánceres.

El riesgo de desarrollarlo aumenta progresivamente con la edad, de modo que una mujer de 70 años presenta un riesgo casi diez veces superior al de una mujer de cuarenta años.

La detección de un tumor en fase inicial conlleva un mejor pronóstico y una mayor supervivencia. En el caso de un tumor mamario, la detección precoz permite realizar intervenciones quirúrgicas menos mutiladoras y con menores secuelas.

Cómo realizar la autoexploración mamaria

Primero, desnúdate desde la cintura para arriba y comprueba que la habitación esté bien iluminada. Colócate de pie frente a un espejo con los brazos a ambos lados de las cadera y observa el aspecto de tus mamas. Su tamaño, forma y color deben ser los habituales. Es decir, las mamas no deben presentar deformaciones ni inflamaciones visibles tales como hoyuelos, arrugas o bultos en la piel, así como cambios de posición de un pezón, pezón invertido (hacia adentro en lugar de sobresalir), enrojecimiento, dolor, sarpullido o inflamación.

A continuación, levanta los brazos y fíjate si ves las mismas alteraciones.

Después, comprueba si sale líquido (transparente, lechoso, amarillento) o sangre cuando pellizcas los pezones con los dedos.

Acuéstate y palpa la mama izquierda con la mano derecha y la mama derecha con la palma izquierda. Emplea las yemas de los dedos, manténlos rectos y juntos y procura que el tacto sea firme y pausado con las yemas de los dedos. Efectúa movimientos circulares, del tamaño de una moneda, aproximadamente.

Palpa la mama completamente, de arriba a abajo y de lado a lado. Empieza con el pezón y avanza en círculos cada vez mayores hasta llegar al borde exterior de la mama o bien mueve los dedos verticalmente, hacia arriba y hacia abajo. Asegúrate de palpar todo el tejido mamario, tanto en la parte delantera como en la parte trasera. Para palpar la piel y el tejido superficiales, ejerce una leve presión. Para llegar al tejido ubicado en la parte media de las mamas ejerce una presión moderada y para el tejido profundo, una presión firme. Al llegar al tejido profundo sentirás la caja torácica.

Por último, ponte de pie o siéntate y palpa la mama efectuando los mismos movimientos que en el paso anterior. Muchas mujeres prefieren explorarse el pecho bajo el agua de la ducha cuando la piel está húmeda y resbaladiza porque es más fácil.

La autoexploración mamaria debe finalizar con el examen de las axilas con los brazos colocado a lo largo del cuerpo porque gran parte de los tumores se localizan en la parte de la mama más cercana a la axila.

Qué debes comprobar

Si notas alguna de las siguientes alteraciones durante la exploración de tus senos, informa a tu médico:

Si has observado alteraciones del pezón, si está invertido, retraído o presenta una lesión en la piel.

En caso de secreción de pus o sangre por el pezón de forma espontánea o provocada por presión.

El enrojecimiento de la piel de la mama, el aumento de calor o la aparición de 'piel de naranja' también es un motivo de consulta médica.

La presencia de un bulto en la mama, fijo o móvil, de límites concretos o poco definidos, así como la retracción de la piel por fijación de un tumor debajo de la misma es un signo de alarma.

No obstante, la presencia de bultos o secreciones por los pezones puede deberse a muchas causas, además del cáncer de mama.

Cómo palpar los senos para detectar bultos

La autoexploración permite detectar bultos, nódulos o masas de consistencia dura que podrían ser tumores cancerígenos de la mama (en el 80 % de los casos). La secreción sanguinolenta por el pezón es otro síntoma del cáncer, aunque menos habitual (5 %).

Inconvenientes de la autoexploración de senos

No se ha demostrado que su utilización sirva para disminuir la mortalidad por cáncer de mama, aunque, probablemente, esto sea consecuencia de una mala aplicación de la técnica y un bajo seguimiento de la misma, es decir, que pocas mujeres realizan bien, de forma completa y con periodicidad su autoexploración.

La carga psíquica que padece la mujer al implicarse en el diagnóstico de un posible tumor genera ansiedad.

Algunas mujeres jóvenes se niegan a hacerse una autoexploación mamaria debido a la posibilidad de encontrar múltiples nódulos que finalmente sean benignos.

Foto: © AXL - Shutterstock.com

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