La ecografía del cuarto mes de embarazo es la prueba más fiable para conocer el sexo del bebé pero no es la única. Los análisis de sangre, las pruebas de orina y ciertos exámenes genéticos también pueden revelar el sexo del bebé.
La ecografía (ultrasonido) es la prueba menos invasiva, segura y habitual para averiguar el sexo del bebé y suele estar incluida en el seguro médico. Sin embargo, los genitales solo pueden verse cuando el feto se encuentra en una buena posición.
Si el técnico especializado en ultrasonidos tiene mucha experiencia y el equipo es bueno podrá revelar el sexo del bebé a partir de la decimotercera semana de embarazo, e incluso en la onceava semana cuando empieza a formarse el tubérculo genital. Si bien es cierto que las posibilidades de acierto aumentan sensiblemente en la decimotercera semana. Para que la ecografía pueda captar el tubérculo, el bebé debe estar recostado y de perfil.
Para Jorge Carreón, ginecólo obstetra y miembro del Colegio de ginecólogos de Estados Unidos y del Medical Board de California, las ecografías (ultrasonidos) realizadas en la decimotercera semana de embarazo no son fiables porque la prueba tienen un margen de error muy elevado en esa etapa del embarazo.
En general, las diferencias sutiles entre los órganos genitales masculinos y femeninos se perciben mejor a partir del cuarto mes de embarazo.
El ultrasonido que se realiza durante una translucencia nucal puede revelar el sexo del bebé entre la semana once y la semana catorce de embarazo, si el profesional de la salud que realiza la prueba está de suerte.
Tanto la biopsia de corión, una prueba que se realiza entre la décima y la duodécima semana de embarazo, como la amniocentesis, realizada entre la decimoquinta y la vigésima semana de embarazo, predicen el sexo del bebé con una probabilidad de acierto del 99 %.
Dependiendo del método empleado, es posible conocer el sexo del bebé a partir del segundo mes de embarazo aunque lo habitual es esperar hasta el cuarto mes de embarazo.
A partir de la octava semana de embarazo se puede predecir el sexo del futuro bebé con un análisis de sangre. Esta prueba analiza una muestra de sangre de la madre y detecta la presencia de cromosomas masculinos (Y) en su sangre, determinando si lo que espera es un niño o no.
A partir de la décima semana</bold>, un simple examen de orina casero permite conocer el sexo del feto. Se trata de una tecnología relativamente nueva que está disponible en Estados Unidos, España, Brasil y México, entre otros países.
Las pruebas de orina de venta libre en cualquier farmacia tienen alrededor de un 90 % de probabilidad de acierto. Pueden emplearse a partir de la décima semana de gestación y ofrece resultados en tan solo diez minutos.
Los exámenes genéticos invasivos son capaces de detectar el sexo del bebé a partir de la décima semana de gestación. Estos exámenes tienen una finalidad distinta y presentan un riesgo para el bebé.
A partir de las decimotercera semana de gestación, la ecografía revela el sexo del bebé, dependiendo de la pericia del técnico de ultrasonidos para interpretar las imágenes o de la posición que tiene el bebé en el momento de la ecografía.
La ecografía (ultrasonido) tienen mas posibilidades de acertar con el sexo del bebé a partir de la decimosexta semana de gestación pero dependerá de la posición del bebé y de la experiencia del técnico de ultrasonidos.
La futura mamá empieza a sentir los movimientos de su bebé a partir del cuarto mes de gestación. Las pataditas son indicadores de la buena salud del bebé siempre que estén en relación con el desarrollo y el crecimiento del pequeño.
La madre suele notar las pataditas cuando cambia de postura, se estira o se sienta tranquilamente a descansar. El bebé aprovecha esos momentos para golpear con brazos y piernas la pared del útero materno y tiene periodos de actividad y de descanso. Según avanza el embarazo, la actividad se concentra en determinados momentos del día, por lo que pueden ser bastante predecibles.
La alimentación de la madre, particularmente el consumo de dulces, influye en los movimientos del bebé dentro del útero. Así, el azúcar es un potente estimulante. Durante el embarazo se produce un incremento de la glucosa en la sangre materna que pasa al bebé a través de la placenta animándole a moverse rítmicamente durante periodos cortos de tiempo.
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