Algunos hombres consumen pornografía a pesar de tener pareja y mantener relaciones sexuales plenas y satisfactorias. Las causas de esta afición que, en algunos casos, puede convertirse en una adicción, son múltiples.
La pornografía es la exhibición abierta y cruda del sexo con el objetivo de producir excitación.
Se considera pornografía todo espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza la pornografía.
La pornografía aumenta el nivel de excitación, ofrece ideas sobre fantasías y posturas sexuales, además de complementar las relaciones sexuales.
Al contrario de lo que puede suceder cuando se mantienen relaciones sexuales con otra persona, el consumo de pornografía no conlleva riesgo de contagio de una enfermedad de transmisión sexual. Esta puede ser una de las razones por la que muchos hombres solteros consumen pornografía.
El miedo a tener problemas de rendimiento o enfrentarse al rechazo de la pareja son dos de las causas más comunes del consumo de pornografía.
Actualmente, cualquier persona puede acceder a una película pornográfica o erótica cómodamente desde casa si dispone de conexión a Internet. Algunos hombres se sirven de la pornografía para masturbarse. Así, el hombre obtiene placer sin necesidad de sentirse presionado ni juzgado por su mujer o por su pareja si el rendimiento sexual no es el esperado.
Muchos hombres se excitan al observar personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual. Esta práctica se denomina voyerismo y las personas que presentan esta conducta son conocidos como "voyeurs" o "voyeuristas".
Los consumidores de pornografía pueden vivir experiencias excitantes únicas a través de los personajes de una película o espectáculo pornográfico. Este hecho también está ligado, a menudo, con sus fantasías sexuales y a la posibilidad de tener sexo en sitios variopintos y diferentes, no habituales.
A los hombres les gusta proporcionar placer a su pareja para que llegue al orgasmo. Pero en ocasiones, al igual que las mujeres, consiguen mas placer con la masturbación que con el coito o con las relaciones sexuales con otra persona.
Un hombre que se masturba mientras mira una película pornográfica no necesitan preocuparse por la satisfacción de su pareja, solo tiene que preocuparse por su propio placer.
Los hombres recurren a la pornografía para crear nuevas posturas o fantasías sexuales que después compartirán con su pareja. Después pueden probar lo que han aprendido en la pantalla y observar la reacción de su pareja. También les permite visualizar sus fantasías para ponerlas en práctica después.
La pornografía no puede sustituir a las relaciones sexuales pero a muchos hombres emparejados les gusta ver porno.
En ocasiones, la pornografía se convierte en un complemento (y no una sustitución) de las relaciones sexuales con la pareja o con otro ser humano. A menudo también les gusta consumir pornografía con su pareja para poder exteriorizar o, incluso, realizar sus propias fantasías.
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