La cúrcuma, también conocida como azafrán de la tierra, azafrán de la India o tumérico, es una planta medicinal cuya raíz es transformada en polvo.
La cúrcuma es una especia usada en gastronomía, especialmente en la India, y que también tiene propiedades medicinales que ayudan a combatir los problemas gastrointestinales, resfriados e inflamaciones en la piel, y ayuda a bajar de peso y reducir los síntomas del colesterol alto. Su nombre científico es Curcuma longa y puede ser comprada en tiendas de productos naturales, farmacias y mercados.
En general, la raíz de la cúrcuma es la parte más utilizada para tratar problemas de salud, aunque sus hojas también pueden ser aprovechadas para preparar infusiones. La receta de cúrcuma más conocida es la siguiente: pon 1 cuchara de café llena de polvo de cúrcuma en 150 ml de agua hirviendo y mantenla en reposo entre 10 y 15 minutos. Una vez fría, la infusión debe ser ingerida en hasta tres tazas durante las comidas.
La curcumina, principio activo de la cúrcuma, también se utiliza en forma de gel o pomada para tratar heridas en la piel o quemaduras. Para fabricar el gel, solo es necesario mezclar una cuchara sopera de aloe vera con polvo de cúrcuma y aplicarla el gel resultante sobre la piel.
Ya existen en el mercado las cápsulas de cúrcuma, ampliamente utilizadas para diversos fines sanitarios y que eliminan la necesidad de preparar infusiones con el polvo de la planta. No obstante, se recomienda tomar cúrcuma en cápsulas por recomendación del médico. El número máximo de cápsulas de cúrcuma que pueden ser ingeridas al día es cinco.
La cúrcuma no debe ser consumida por pacientes que estén tomando anticoagulantes o que tengan obstrucción de las vías biliares debido a piedras en la vesícula. Las mujeres gestantes o lactantes deben tomar cúrcuma por orientación del médico.
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