La dieta crono-nutrición, desarrollada por el Dr Delabos, se basa en un principio simple: nuestro cuerpo funciona como un reloj durante el día y la noche. Lo esencial para optimizar una pérdida de peso es de adaptar su aporte nutricional en función del ritmo de nuestro organismo. Descubra a continuación las características de esta dieta.
Nuestro reloj biológico interno va a controlar nuestro día y va a influenciar sobre nuestra salud, nuestra moral, nuestra energía... La dieta crono-nutrición se basa en nuestro reloj interno. Se puede consumir de todo, pero en un momento preciso del día. De hecho, el mismo alimento consumido en un mal momento será almacenado de otra manera por el organismo.
Después de una noche de reposo, el cuerpo necesita recargar sus baterías. Es necesario proporcionar a nuestro cuerpo la máxima cantidad de energía para resistir toda la mañana. Contrariamente a lo que se creía, es en el desayuno que se puede consumir el máximo de lípidos como la mantequilla, el queso, los huevos, los embutidos... Esto le permitirá evitar el cansancio a las 11h.
Al medio día se debe recargar las energías al organismo. Lo ideal es un plato rico en féculas y proteínas: carnes rojas y verduras, carnes de aves de corral y féculas...
La merienda permite relajar el cerebro, hacer una pausa y saciar el hambre de la tarde. Lo ideal es combinar los lípidos ligeros y los azúcares semi-rápidos: algunas barras de chocolate y una manzana por ejemplo.
Por la noche el cuerpo tiene la tendencia de frenar su metabolismo y de almacenar. Por lo tanto, se debe comer ligero y evitar los azúcares rápidos y los lípidos, de preferencia proteínas de origen animal, de pescado y legumbres.
Las personas que deben controlar su tasa de colesterol no deben consumir lípidos en el desayuno. Puede alternar lípidos en el desayuno con un desayuno clásico (pan, cereales, yogur...).