Los accidentes deportivos son una de las causas de hernia discal. Un traumatismo o una caída, aparentemente inofensivos, pueden generar la lesión.
Las hernias discales aparecen principalmente entre los 30 y 40 años de edad. Se trata de un proceso degenerativo asociado al envejecimiento que comienza a partir de los 25 años, cuando el disco vertebral se va secando y perdiendo elasticidad. Su deterioro empeora en personas fumadoras, obesas y sedentarias.
Las lesiones del disco se producen porque la presión que soporta el disco es mayor que la fuerza del anillo fibroso que lo protege. Este anillo fibroso es más grueso en la zona frontal que en la zona posterior, por lo que la mayoría de los daños y hernias se producen atrás.
La columna se flexiona hacia delante por lo que la presión en la zona delantera del disco es mayor. Se carga un peso de cierta importancia y así aumenta la presión entre las vértebras y sobre el disco.
Se endereza la columna con el peso cargado, entonces la alta presión se traslada de la zona delantera hacia la zona trasera, que es más débil. Si la presión es lo suficientemente fuerte contra el anillo fibroso, este se desgarra (fisura discal), se abomba (protrusión discal) o se rompe (hernia de disco).
La hernia discal es causada por la degeneración o el envejecimiento de la articulación, así como por pequeños o grandes traumatismos. También se cuenta un movimiento repetitivo de flexión y extensión del tronco mientras carga peso, como es el caso de algunos trabajadores. Otras causas son la obesidad y una atrofia de los músculos situados junto a las vértebras de la zona lumbar.
Los deportes que implican flexionarse y cargar, como la halterofilia, saltos repetidos, como el baloncesto, o la torsión, como el squash.
La práctica ocasional de deporte es un motivo de lesión, especialmente entre quienes practican esqui. Se presentan con mayor frecuencia en las personas que no tienen muy desarrollada la musculatura del tronco y que practican deportes que conllevan un desgaste de los discos.
Para evitar los accidentes deportivos que llevan a la hernia discal, se aconseja hacer ejercicio pero de forma paulatina y regular. De esta forma, se fortalecen los músculos de la columna poco a poco y sin movimientos bruscos.
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