En función de la edad y del sexo del niño, el crecimiento debe corresponder a medidas predefinidas. Evocamos un retraso del crecimiento cuando las cifras se sitúan debajo de las medidas promedio.
Para diagnosticar un retraso estaturo-ponderal se debe medir con precisión el peso, la altura y la circunferencia de la cabeza del bebé en el tiempo y comparar las mediciones con las tablas de crecimiento normalizado. Si las mediciones son inferiores entonces es posible que el niño tenga un retraso estaturo-ponderal.
El sistema endocrino secreta hormonas que circulan por el organismo para regular diferentes procesos, el crecimiento forma parte de estos. En conclusión, si existen trastornos del aparato endocrino, el crecimiento puede retrasarse.