El ano no pertenece al aparato reproductor, por lo que no está fisiológicamente preparado para el acto sexual.
Es un órgano contaminado con el material fecal, con muchos microorganismos.
El riesgo de infección aumenta pues el esfínter anal es mas rígido a la penetración y menos elástico que la vagina.
Es por esta razón que la fricción puede provocar pequeños traumatismos durante el acto sexual.
El ano no tiene la lubricación que normal y fisiológicamente tiene la vagina.
El sexo anal NO puede provocar un embarazo.
Prevalencia
Actualmente, el sexo anal está considerado una de las prácticas sexuales más extendidas en parejas homosexuales y también heterosexuales.
Aproximadamente el 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado al menos una vez y entre el 10 y el 20% de las parejas lo practican con regularidad.
El riesgo de contaminación e infección
El riesgo de infección no es solamente local ya que las microfisuras que se producen durante el sexo anal producen microsangrado en el pene y en el ano.
Estas pequeñas fisuras posibilitan la contaminación sangre a sangre, mecanismo por el cual se explica que el sexo anal sea el de mayor riesgo para la transmisión del virus del SIDA (VIH) y de otras Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
Es un terreno propicio para la propagación de infecciones de transmisión sexual ya sean virales como el VIH (virus de inmunodeficiencia humano), el papiloma humano (VPH), todos los tipos de hepatitis (a excepción de la hepatitis A) los herpes genitales y otras causadas por bacterias como la gonorrea, la sífilis y otras, incluso en el caso de que no haya eyaculación.
La higiene: muy importante
Se recomienda un máximo nivel de higiene del ano y del recto, así como del pene en el momento de la penetración.
Haber tomado una ducha antes del acto sexual es aconsejable.
Peligro de desgarros musculares en el esfínter anal
El sexo anal puede producir desgarros musculares y fisuras en el esfínter anal por lo que es muy importante una buena lubricación antes de la penetración.
Algunos consejos
Utilizar siempre un preservativo.
De preferencia el preservativo debe ser lubricado con un lubricante a base de agua que se puede adquirir en farmacias.
Jamás se debe penetrar la vagina después de haber penetrado el ano y viceversa.
La penetración anal siempre debe practicarse con mucha delicadeza y suavidad para no provocar dolor.
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