La fisura anal es una lesión superficial pero dolorosa de la pared del canal anal. Su tratamiento precoz es necesario para evitar todo riesgo de complicación. A continuación explicaremos cuáles son los síntomas, las causas y los factores de riesgos y cómo tratar esta patología.
La fisura anal es una lesión crónica o aguda, la mayoría de las veces superficial, que se caracteriza por una ulceración situada en la base del recto, sobre la pared del canal anal. La fisura anal es una afección proctológica.
Bajo tratamiento médico simple, se reabsorbe por lo general en un plazo de 6 a 8 semanas.
El estreñimiento "reflejo" causado por el dolor a la expulsión de las heces puede agravar la fisura anal.
En todos los casos y especialmente en presencia de sangre en las heces, consulte con un médico a la primera aparición de los síntomas evocados anteriormente.
Teniendo como base un diagnóstico que se basa en un interrogatorio y un examen clínico, el tratamiento de la fisura anal puede asociar:
En caso de formas más graves o en caso de fisura anal crónica, la cirugía ambulatoria bajo anestesia loco-regional o general es contemplada.
Consiste en retirar una parte de los músculos del esfínter para suprimir los espasmos esfinterianos y favorecer la curación.
Existe el riesgo de complicaciones como la incontinencia anal, pero es raro.
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