Los síntomas del síndrome del túnel carpiano son en algunas veces muy invalidantes, impidiendo trabajar de la manera habitual o incluso no poder hacerlo.
El síndrome del túnel carpiano es muy frecuente y aparece con frecuencia en las mujeres a partir de los 50 años de edad o en el transcurso del embarazo.
Los tratamientos del síndrome del túnel carpiano consisten principalmente en tratar la causa que ha sido encontrada por ejemplo como una herida o una artritis, a poner en descanso la muñeca recurriendo a una tablilla para intentar aliviar el dolor y en ciertos casos a contemplar una intervención quirúrgica.
Lo primero que se debe hacer es tratar la herida o la patología responsable de la aparición del síndrome del canal carpiano, como la diabetes, la artritis, la gota o el quiste de muñeca. El tratamiento contemplado basta en la mayoría de las situaciones para tratar el síndrome del túnel carpiano.
El descanso de la muñeca afectada es indispensable para evitar los movimientos responsables del síndrome del túnel carpiano. La colocación de una tablilla durante la noche es a veces contemplada con el fin de impedir plegar la muñeca que agrava en este caso la compresión del nervio mediano.
Es posible tratar de aliviar los dolores aplicando hielo durante diez minutos varias veces al día en la zona dolorosa. Los analgésicos pueden aliviar puntualmente los dolores pero no son muy eficaces.
Una infiltración de corticoides puede ser contemplada en caso de dolores violentos o en caso de dolores persistentes. La inyección se hace en el túnel carpiano para disminuir la presión en el túnel carpiano. La acción antiinflamatoria permite un alivio de los dolores de una duración de 3 meses aproximadamente, vario según cada persona. El número de infiltraciones es limitado a 3 debido especialmente a efectos secundarios nefastos para los tendones.
Se recomienda la opinión de un cirujano para saber si es necesario o no una intervención quirúrgica.