Algunos consejos para tratar la eyaculación precoz
Última actualización: por
Dra. Marta Marnet
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Cerca del 75% de los hombres experimentarán una vez en su vida una eyaculación precoz.
La tasa de prevalencia de la eyaculación precoz como un trastorno clínico se sitúa mundialmente en aproximadamente el 30% de los hombres.
La eyaculación precoz causa frecuentes problemas emocionales, tanto para el paciente como para su pareja.
¿Cuándo hablamos de eyaculación precoz?
La eyaculación precoz es una falta de control sobre el reflejo eyaculatorio.
Es un trastorno de la fase del orgasmo durante la relación sexual.
Es el problema sexual más frecuente en hombres.
Actualmente más que hablar del factor tiempo la mayoría de los especialistas definen a la eyaculación precoz como la falta de control eyaculatorio a tal punto que interfiere con el bienestar sexual y emocional de uno o ambos amantes.
En los casos más graves, el hombre eyacula antes de la penetración de su pareja o segundos después de hacerlo.
Causas casi siempre psicológicas
En una relación sexual normal, la excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada "meseta", disfrutando de su placer sexual hasta el momento que de forma voluntaria llega al clímax.
El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de "meseta", sino que existe una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana.
En muchos casos, la eyaculación precoz es un signo de una afección psicológica (ansiedad, nerviosismo, etc.) o emocional (culpabilidad, angustia, etc.) y en pocos casos es debido a un trastorno anatómico o fisiológico.
Tratamiento: cambios en la conducta sexual
Entrenamiento progresivo del paciente, mejorando su condicionamiento mental al sexo y el control de su estímulo erótico.
La orientación y educación sexual es el primer paso para tratar la eyaculación precoz y tiende a ser multidisciplinario (se ocupan varios profesionales a la vez).
La mayoría de los sexólogos prescriben una serie de ejercicios que permiten que el paciente recobre el control eyaculatorio.
Uno de los ejercicios más comunes es el llamado Parar y Continuar, documentado por Semans.
La técnica tiene sus variedades, aunque el propósito es el mismo: hacer que el hombre se acostumbre a mantener una erección por un largo período de tiempo: así se va incrementando gradualmente su tolerancia sexual.
Un 95% de los sujetos expuestos a estos ejercicios logran aprender a controlar la eyaculación entre 5 y 10 minutos.
El hombre logra una erección por su propia estimulación o masturbación
Una vez conseguida la erección, se detiene la estimulación hasta que pierde la erección de su pene.
En ese punto, reanuda la estimulación erógena para lograr erecciones simultáneas.
De forma gradual y por un período de varias semanas, logra estimularse por períodos más extensos, ganando autocontrol eyaculatorio.
Para que la técnica tenga éxito, el hombre debe evitar desanimarse si, en el proceso, eyacula con mucha rapidez.
Otra variante, por ejemplo, es el de estimular el cuerpo hasta el frenillo del pene, y con el tiempo, seguir explorando el glande a medida que logre mejorar el control.
Otras variantes se enfocan en fortalecer al músculo pubocoxígeo.
El papel de la pareja
La pareja del paciente suele integrarse en estos ejercicios.
Puede estimular al paciente usando la técnica de Parar y Continuar.
Cuando el hombre haya logrado cierto nivel de control eyaculatorio, la pareja puede entonces ser penetrada.
Al principio el ritmo debe ser lento hasta llegar el momento en el que abos estén listos para la eyaculación.
Una vez que el pene del paciente consiga acostumbrarse a estar dentro de su pareja, puede añadir ritmos y variantes, de acuerdo a sus habilidades, usando igualmente la técnica de Parar y Continuar.
En casos menos severos, el hombre logra sobreponerse al trastorno de manera rápida, haciendo innecesarios los ejercicios con su pareja.
Los Ejercicios de Kegel pueden también ayudar en este aprendizaje.
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