Por muy sorprendente que esto pueda parecer, la práctica de una actividad física regular actúa positivamente sobre la sexualidad.
La práctica de una actividad física regular favorece una buena resistencia del músculo cardíaco, que puede ser útil durante el acto sexual para que dure más tiempo y para evitar un accidente cardiovascular. Aunque el riesgo de un infarto es más elevado durante un acto sexual, se atenúa cuando se tiene la costumbre de practicar esfuerzos regulares.
La actividad física permite también conservar una buena función eréctil. Un estudio demostró que los hombres que practicaban una hora de actividad moderada tres o cuatro veces a la semana, sufrían menos de disfunción eréctil y declaraban sentir más placer durante el acto. La actividad física permite mantener esta buena calidad de las relaciones sexuales en el tiempo.