El vitíligo es una afección cutánea caracterizada por una despigmentación de la piel que afecta varias zonas del cuerpo. Aunque no existe ningún medio de prevenir esta afección, sin embargo, algunos tratamientos son aconsejados.
Estos tratamientos tienen como objetivo estimular la producción de melanocitos en la zona afectada para recolorear las zonas despigmentadas.
Estimula los melanocitos por acción de rayos UVB. De 2 a 3 sesiones a la semana, el paciente puede recibir hasta 300 sesiones de tratamientos. La repigmentación es siempre parcial y puede ser transitoria.
Esta técnica combina la exposición de la piel a los rayos UVA y el consumo (por vía oral o tópica o en forma de baño) de psoraleno, una sustancia que aumenta la sensibilidad de la piel a los rayos.
La persona afectada de vitíligo puede recibir 100 a 300 sesiones, 1 a 3 veces por semana. Los efectos secundarios son:
Contraindicada para los niños de menos de 12 años y las mujeres embarazadas o quienes dan aún de lactar.
Ciertas cremas pueden ser prescritas para repigmentar las pequeñas manchas de vitíligo. Se debe aplicar una vez al día durante varios meses. Su eficacia no es sistemática.
Estos tratamientos pretenden despigmentar el conjunto de la piel para una apariencia uniforme. Esta solución es especialmente para el vitíligo universal (que recubre una mayor parte del cuerpo).
Durante más de un año, soluciones químicas son aplicadas sobre la piel. Este tratamiento produce efectos secundarios:
La intervención quirúrgica consiste en incorporar melanocitos en las zonas despigmentadas. Es simplemente utilizada en el caso de un vitíligo estable y poco extendido.
Los injertos son tomados del mismo paciente, de las zonas sanas del cuerpo.
Un seguimiento por un dermatólogo es primordial. Un control trimestral o semestral es aconsejado. El tratamiento permite seguir la evolución de la enfermedad y juzgar los efectos secundarios.