Una persona atópica es aquella que tiene un exceso de atopia, es decir, una predisposición a desarrollar más fácilmente que la población general alergias comunes relacionada con una hipersensibilidad a los alergenos. En la primera infancia, generalmente antes de los dos años, la persona va a presentar reacciones atópicas a nivel de la piel tales como eczema, a veces acompañadas de alergias respiratorias tipo rinitis o enfermedad del polen. Algunas personas atópicas se curan espontáneamente, pero en otras personas su atopia evoluciona y aparecen síntomas más molestos como el asma.