El cáncer de colon es una enfermedad que se caracteriza por la formación de células malignas (cancerosas) a nivel del colon, que se localizan sobre todo a nivel de la porción intermedia y más larga del intestino grueso.
Las tasas de curación del cáncer de colon son altas siempre que se detecta de forma precoz. El adenocarcinoma es el tipo de cáncer de colon más frecuente y se localiza en la mucosa que recubre el interior del colon y del recto. Otros tipos menos comunes son el linfoma (cáncer de las células de la defensa del intestino y del estómago), el sarcoma (se origina en la capa muscular del tubo digestivo), los tumores carcinoides (se producen en las células productoras de hormonas del aparato digestivo) y el melanoma.
Se trata del tumor más frecuente en España y el número de nuevos casos sigue creciendo un 2,6 % cada año desde 1975 en el caso de los hombres y un 0,8 % entre las mujeres, por lo que es más frecuente en hombres que en las mujeres. Se detectan aproximadamente 25.000 nuevos casos cada año. Las estadísticas indican que la supervivencia ha mejorado en los últimos años, principalmente entre las personas jóvenes. El diagnóstico precoz es importante. El riesgo se incrementa a partir de los 45 años y se duplica cada 10 años. La edad media de diagnóstico es a los 70 años. El cáncer de colon es más extendido entre los hombres después del de pulmón y el de próstata.
A menudo el cáncer de colon no da síntomas en los primeros estadios. En otras ocasiones, puede aparecer un cambio en los hábitos de las deposiciones como diarrea, estreñimiento o reducción del diámetro de las heces, sensación de que necesita defecar pero que no desaparece después de haber evacuado, sangrado por el recto con sangre roja brillante, aparición de sangre en las heces fecales que puede causar que las heces se vean oscuras, dolores abdominales, astenia y cansancio o una pérdida de peso sin explicación.
Como en muchos casos, los síntomas no son muy específicos. Cuando estos síntomas se vuelven crónicos, se hacen más frecuentes o se agrava su intensidad, es necesario consultar con un médico. Las manifestaciones se producen en un estadio muy avanzado del cáncer. Si no se trata el cáncer puede extenderse al hígado, al sistema linfático y a otras partes del organismo.
Suelen aparecer dolores abdominales y desórdenes en el tránsito intestinal (ambos de aparición reciente), alteración del estado general, un tumor abdominal o hígado con metástasis. También es posible que aparezca alguna complicación digestiva, como oclusión intestinal (bloqueo del intestino) o perforación intestinal.
Es más frecuente entre los 65 y 75 años de edad. También influye la predisposición genética, la alimentación rica en grasa animal y pobre en verduras. La obesidad, el sedentarismo y el tabaco son factores de riesgo, así como la existencia de pólipos en el colon, que son pequeños tumores benignos, ya que años más tarde pueden convertirse en cáncer. La poliposis colónica familiar es otro de los factores de riesgo. El 80 % del cáncer colorrectal proviene de un tumor benigno de tipo adenoma. Eliminarlo cuando es detectado es una medida que evita la evolución hacia el cáncer.
También existe riesgo de cáncer de colon en algunos casos de enfermedades genéticas, como el síndrome de Lynch o en los pólipos adenomatosos. Todo antecedente familiar de cáncer de colon aumenta el riesgo de un cáncer colorrectal respecto a la población general. Se deben tomar medidas de prevención y detección temprana.
Las enfermedades inflamatorias del aparato digestivo, como la enfermedad de Crohn y la rectocolitis hemorrágica (RCH) o colitis ulcerosa corren el riesgo de evolucionar hacia un cáncer. El tabaquismo, el sedentarismo y el alto consumo de carnes rojas también constituyen factores de riesgo.
El brócoli y la col, ricas en fibras y antioxidantes, son aconsejables por su efecto protector contra el cáncer de colon.
El diagnóstico se efectúa con una colonoscopia que permite visualizar el tumor y hacer una biopsia.
La extirpación del tumor es el tratamiento fundamental del cáncer de colon. Consiste en extirpar una parte del colon y de los ganglios cercanos. La localización y el tamaño del tumor a veces impiden conservar el ano. En estos casos, se coloca un ano artificial con una colostomía (también llamado ano contra natura). La cirugía se puede asociar también a la quimioterapia.
El tratamiento de elección siempre es la cirugía. El tipo de cirugía que se practica depende de si el cáncer afecta al colon o al recto. Como terapias complementarias podemos utilizar la radioterapia o la quimioterapia con medicamentos que pueden administrarse vía oral o directamente en el torrente sanguíneo. Estas son terapias sistémicas porque pueden alcanzar las células cancerosas en cualquier parte del cuerpo. Dependiendo del tipo de cáncer colorrectal, se pueden utilizar diferentes tipos de medicamentos.
La detección temprana del cáncer de colon mejora el pronóstico. Cuando el cáncer se detecta en una etapa temprana, el pronóstico mejora mucho. Se puede realizar una búsqueda de microsangrados en las heces.
La detección del cáncer colorrectal se realiza con el examen de guayacol en heces o el test de Hemoccult, que permite detectar pequeños sangrados microscópicos anormales. Es el examen más utilizado para la detección precoz del cáncer de colon. Debe realizarse en todas las personas entre 50 y 74 años. A partir de los 50 años de edad la incidencia de cáncer colorrectal aumenta rápidamente. En las personas con factores de riesgo, antecedentes familiares, los chequeos deben ser más precoces y frecuentes. Todo sangrado del recto es anormal y se debe consultar con un médico.
La colonoscopia es el examen habitual para la detección precoz. Se aconseja especialmente en los pacientes que han tenido algún antecedente familiar de cáncer de colon o de pólipos, antecedentes personales de pólipos o un examen de sangrado en las heces que haya dado positivo. La extirpación de pólipos antes de su transformación en cáncer se realiza normalmente durante la colonoscopia.
El seguimiento de los enfermos con antecedentes familiares de síndrome de Lynch o de pólipos adenomatosos familiares necesita del consejo de un oncogenetista.
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