La colocación de los drenajes timpánicos (tubos o drenajes) es uno de los tratamientos más conocidos cuando un niño presenta otitis de repetición y en las sorderas persistentes provocadas por una otitis grave.
Los tubos de ventilación se recomiendan cuando una persona experimenta repetidos episodios de infecciones en el oído (otitis media aguda) o cuando tiene una pérdida auditiva causada por la presencia persistente de fluido en el oído medio (otitis media secretora). Estas condiciones ocurren sobre todo en los niños, pero también en adolescentes y adultos. Pueden provocar trastornos del habla y del equilibrio, pérdida auditiva o cambios en la estructura de la membrana timpánica.
El drenaje timpánico o punción del tímpano es una técnica quirúrgica que se realiza para drenar las secreciones del oído medio hacia el oído externo. Se lleva a cabo a través de una incisión en el tímpano y la colocación de unos tubos en este.
Los tubos de ventilación de los oídos son pequeños cilindros huecos que se colocan a través de la membrana timpánica para conseguir que el aire entre en el oído medio. Se les denomina también tubos de timpanostomía, tubos de miringotomía o tubos de ventilación (ecualizadores de presión). Pueden ser de plástico, metal o teflón.
Existen tubos de dos tipos: de corta duración y larga duración. Los que se colocan por un corto lapso de tiempo son más pequeños y suelen dejarse de 6 meses a un año. Se eliminan por sí solos. Mientras que los de larga duración son más grandes y tienen rebordes para que permanezcan correctamente por más tiempo. Se pueden caer solos, pero a veces tiene que retirarlos un otorrinolaringólogo.
La técnica del drenaje timpánico consiste en efectuar una incisión en el tímpano y aspirar el líquido acumulado en el oído medio. A continuación se inserta un tubo de drenaje en la incisión para permitir que continúe el drenado del líquido y la entrada de aire seco.
Los drenajes timpánicos son pequeños tubos de plástico que se colocan en la membrana timpánica de manera que constituya un pequeño agujero en el tímpano. Esto permite ventilar de forma permanente la caja del tímpano y evitar la aparición de otra otitis.
Estos drenajes se colocan en caso de otitis grave de repetición, que evolucionan durante más de 4 meses, complicadas por una sordera superior a 25/30 dB y que tienen una repercusión sobre la vida diaria. También en caso de otitis aguda acompañada de un derrame persistente a pesar de los tratamientos antibióticos repetidos y de otitis fibroadhesiva que puede provocar problemas definitivos de audición. Son situaciones que necesitan una intervención rápida.
Los cuidados después de la colocación de un drenaje timpánico incluye un control un mes después de la intervención y después cada 4 meses. Se realiza un audiograma para vigilar el nivel de audición. No debemos bañarnos cuando existen estos drenajes porque el agua podría provocar una inflamación o infección. Es necesario un cuidado diario para asegurarse que los tubos están bien colocados. También el estado de los tímpanos se debe vigilar de forma regular.
Los riesgos son moderados como desgarros, perforación del tímpano, caída de la sonda dentro de la caja del tímpano, traumatismo o goteo de las orejas. Asimismo, se han de tener en cuenta los riesgos propios asociados a toda anestesia general.
Un drenaje debe permanecer de 10 a 12 meses, algunos hasta 18 meses. La incisión se cierra en unos meses y el tubo insertado cae hacia afuera de forma espontánea al oído externo. Es una operación que no requiere hospitalización porque se realiza en régimen ambulatorio. También puede retirarlos el otorrinolaringólogo durante una consulta.
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