El análisis del semen sigue siendo un examen imprescindible en el estudio del hombre que acude a consulta por infertilidad. El término espermograma es uno de los más utilizados en las publicaciones de América Latina, mientras que espermiograma es más utilizado en las provenientes de España. Un análisis seminal completo nos informa sobre las propiedades del semen en su conjunto, tanto de la producción de espermatozoides como de la función de las glándulas sexuales accesorias.
Para llegar a conclusiones se recomienda realizar al menos 2 análisis seminales, con no menos de 15 d ni más de 90 d de separación entre ambos. Además es recomendable una abstinencia sexual de 3 a 5 d, que nunca debe ser menor de 2 d ni mayor de 7. Si cualesquiera de los indicadores es normal en uno de los exámenes se considera que ese indicador es normal, pero si está alterado en ambos se concluye como anormal. Si los resultados de estos 2 análisis seminales son muy diferentes debe repetirse un tercer examen antes de hacer conclusiones pues la producción de espermatozoides puede variar considerablemente.
Para la correcta evaluación de la movilidad, el espermograma debe haber sido hecho en las primeras 2 h. de haberse producido el eyaculado. A un mayor intervalo de tiempo desde la eyaculación se hallará un menor porcentaje de espermatozoides móvile. La OMS recomienda un sistema simple de medir la movilidad espermática sin necesidad de equipos complejos.
Para esto la movilidad se divide en 4 categorías:
Se considera normal cuando el 50 % de los espermatozoides o más presentan una movilidad progresiva rápida. La disminución de la movilidad se denomina astenozoospermia, puede ser un hallazgo aislado en el espermograma o acompañarse de alteraciones en la concentración y morfología normal de los espermatozoides (que es lo más común), en este último caso indica un daño global de la espermatogénesis. Se considera que es menos probable que un hombre sea fértil si tiene menos del 40 % de espermatozoides con movimiento lineal progresivo pero no existe una relación directa entre el porcentaje de espermatozoides móviles y la fertilidad potencial de un individuo.
Las características físicas del semen, como son su apariencia, viscosidad o consistencia, volumen y pH tienen valor sobre todo cuando se analizan en conjunto con los otros indicadores.
El pH del semen varía normalmente en un rango muy estrecho (7,2 - 8,0).