Los párpados designan las placas de piel que se situan encima de los ojos. Pueden abatirse para que se puedan cerrar los ojos. Este acto voluntario o inconsciente cuando guiñamos los ojos permite proteger a los ojos de las agresiones externas. Los párpados también son útiles para atenuar la luz, especialmente a la hora de dormir. También juegan un papel importante para hidratar la córnea, lo que permite limpiar el ojo. La piel de los párpados es fina ya que no mide más de 0,5 mm de espesor.