Presente en algunos medicamentos, esta sustancia activa es esencialmente utilizada para tratar la crisis de gota.
Extraída del cólquico, la colchicina es una molécula utilizada en el tratamiento de los reumatismos, particularmente la gota, pero también la fiebre mediterránea familiar o brucelosis y la enfermedad de Bechet. Las dosis diarias de colchicina no deben exceder los 2 mg en el adulto, 1,5 mg en el niño de más de 10 años, 1 mg en los niños de 5 y 10 años y 0,5 mg para los niños de hasta 5 años de edad.
Este alcaloide tricíclico tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias, pero también efectos catárticos y eméticos para los cuales es prácticamente más indicado. Disminuyendo el flujo leucocitario e inhibiendo la fagocitosis de los microcristales de urato, la colchicina frena la producción de ácido láctico y mantiene un pH local normal.
La toma de medicamentos a base de colchicina requiere una vigilancia médica. No debe particularmente ser asociada con otras sustancias activas tales como ciclosporina, verapamil, telaprivir, etc. Efectos secundarios también han sido observados. Los más frecuentes son problemas gastrointestinales (diarrea, náuseas y vómitos), que piden una reducción de las dosis. Por otro lado, en caso de insuficiencia renal o hepática, todo tratamiento por colchicina requiere un hemograma y un conteo de las plaquetas en el primer mes así como una reevaluación del aclaramiento de creatinina.