La ciclosporina es un inmunosupresor utilizado principalmente para prevenir el rechazo de un injerto o trasplante, pero también en ciertas enfermedades de la piel y de las articulaciones. La encontramos en medicamentos, como por ejemplo: Neoral y Sandimmum.
La ciclosporina es un principio activo utilizado en medicamentos destinados a prevenir o tratar el rechazo en respuesta a un trasplante de órgano o médula ósea. Puede también ser indicada para tratar ciertas enfermedades severas de los riñones, de la piel (psoriasis o eczema), enfermedades crónicas de las articulaciones como la poliartritis reumatoide, la uveítis. La ciclosporina también es útil cuando la médula ósea produce pocas células sanguíneas y cuando un trasplante no es posible.
La ciclosporina forma parte de los inmunosupresores inhibidores de la calcineurina. Se trata de un polipéptido cíclico de once aminoácidos cuya actividad inmunosupresora bloquea los linfocitos quiescentes.
La ciclosporina es la sustancia activa de los medicamentos Neoral, en cápsula blanda de 10, 25, 50 o 100 mg y en solución bebible de 100 mg/ml, y Sandimmum, en cápsula de 25, 50 y 100 mg así como en solución bebible de 50 o 100 mg/ml. También existe en medicamentos genéricos tales como Restasis. La posología es la misma en el niño y en el adulto.
La ciclosporina necesita de tomas regulares, dos veces al día, y una vigilancia seria de la creatinina sérica como de la presión arterial y de la función renal. Su prescripción está sometida a numerosas precauciones de empleo en función a la patología y en caso de interacción con otros medicamentos.
No debe además ser utilizada con el milepertuis, el estiripendol, el bosentan y la rosuvastanina. Asociaciones múltiples se tienen que tomar en consideración. En todos los casos, el tratamiento con ciclosporina debe ser prescrito con prudencia.