Aunque no existe un tratamiento que cure definitivamente la enfermedad de Ménière, la vida cotidiana de las personas que la padecen puede mejorar. Diversos medicamentos permiten disminuir la intensidad de los síntomas.
Durante una crisis, es necesario apartarse, permanecer en la oscuridad y guardar reposo. Sin embargo, también existen medicamentos que pueden ayudar a atenuar los malestares de la enfermedad de Ménière.
Diversos medicamentos pueden ayudar a controlar los vértigos y otros síntomas paralelos, como las náuseas y los vómitos. Por ejemplo, los ansiolíticos disminuyen la sensibilidad del sistema vestibular.
De igual forma, los medicamentos antivértigo (como el Tanganil) pueden aliviar la crisis, en algunas ocasiones. En caso de crisis severas, pueden ser prescritos para ser administrados por perfusión intravenosa.
Los medicamentos antivómito, que a menudo se recomiendan para tomar durante varios días, pueden ser prescritos en forma de parches, supositorios, comprimidos o como cápsulas (si se trata de una crisis moderada). También pueden ser prescritos para ser administrados por perfusión intravenosa (en caso de una crisis severa).
Muchas veces, cuando la crisis es muy severa, se prescriben los medicamentos diuréticos para ser administrados por perfusión intravenosa.
Los productos osmóticos, como el Manitol (por perfusión) o el Glicerol (por vía oral), también permiten superar la crisis.
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Tratamiento de fondo de la enfermedad de Ménière
El apoyo psicológico de la enfermedad de Ménière
Síntomas de la enfermedad de Ménière
Repercusiones psicológicas de la enfermedad de Ménière