Las características del tumor determinan el tipo de tratamiento. El tratamiento propuesto puede consistir en una cirugía, una quimioterapia, una radioterapia o una hormonoterapia.
El tratamiento más adecuado debe ser determinado por un grupo de médicos de especialidades diversas.
La radioterapia o irradiación de rayos X sobre el seno permite reforzar el efecto de la cirugía. Este tratamiento se aplica directamente sobre el seno afectado, si éste no ha sido extirpado, y permite destruir las células cancerígenas gracias a las irradiaciones expedidas. Por lo general, la radioterapia suele durar unas 5 ó 6 semanas. Para realizar la radioterapia no es necesario hospitalizar a la paciente.
Se trata de un tratamiento común en los casos de cáncer de mama. Los objetivos de la quimioterapia dependen de la extensión del tumor. La quimioterapia permite la difusión de medicamentos destinados a destruir las células tumorales. Este tratamiento se realiza con más frecuencia que la radioterapia. Este tratamiento no debe emplearse cuando el tumor mide menos de un centímetro o cuando los ganglios centinelas situados cerca del tumor no han sido afectados.
Este tratamiento consiste en administrar moléculas que bloquean el efecto de los estrógenos sobre el crecimiento de las células cancerígenas. La hormonoterapia se propone cuando las células tumorales poseen receptores de estrógenos (cáncer hormonodependiente).