Existen varios tipos de cánceres de médula ósea: las leucemias, agudas o linfoides crónicas, la enfermedad de Kahler o el mioloma. Las primeras provocan una anemia que se manifiesta por una fatiga intensa y una palidez importante. Pueden hacernos sospechar una enfermedad de Kahler la aparición de fracturas espontáneas de huesos, dolores óseos o infecciones repetidas. Para hacer el diagnóstico se practica un mielograma, con toma de una muestra de la médula ósea. El tratamiento es a base de quimioterapia y un trasplante de médula ósea.