El papel de la tiroides hoy en día es bien conocido. Esta glándula esencial para el buen funcionamiento del organismo le aporta energía y gestiona la actividad de los órganos liberando hormonas reguladoras en la sangre. Pero el papel de la tiroides no se acaba aquí ya que también es la encargada de regular la temperatura corporal, de participar en el desarrollo y el crecimiento, de controlar el nivel del calcio, el ritmo cardíaco, la presión arterial y la transpiración.