La dismenorrea es una molestia muy común entre las mujeres, sin embargo, hoy disponemos de un amplio abanico de tratamientos para combatir estos dolores vinculados al periodo menstrual.
La dismenorrea es uno de los problemas más frecuentes en la mujer. Consiste en un dolor agudo, sordo e intenso en el abdomen, muy similar a un cólico. Esta molestia aparece algunos días antes de la menstruación y suele durar dos o tres días, aproximadamente.
Aunque es normal que aparezca cierto dolor durante la regla, una de cada tres mujeres padece molestias tan severas que le impiden desarrollar una vida normal durante esos días. Esto es lo que conocemos como dismenorrea.
En general, las mujeres que padecen dismenorrea suelen automedicarse con fármacos sin receta en lugar de consultar al médico y solo acuden a un ginecólogo cuando la automedicación no sirve para aliviar el dolor.
El medicamento más utilizado es el paracetamol (Gelocatil y Saldeva) pero los fármacos más eficaces son los antiinflamatorios no esteroideos o AINES (diclofenaco, ibuprofeno, naproxeno o la aspirina).
Estos medicamentos tienen un efecto analgésico (calmante) directo sobre el dolor ya que provocan la inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Si se toman cuando aparecen los primeros síntomas del dolor, son aún más eficaces. Sin embargo, se dice de ellos que provocan una aumento del sangrado menstrual cuando en realidad tan solo facilitan la salida del sangrado.
Si estos fármacos no resuelven el problema se puede plantear el tratamiento con anticonceptivos orales. Estos medicamentos, al inhibir la ovulación, evitan la producción prostaglandinas, unas sustancias que desencadenan las contracciones uterinas causantes del dolor menstrual. El tratamiento de la dismenorrea con anticonceptivos orales suele ser muy eficaz y se recurre a él cuando el dolor menstrual no desaparece con las medidas habituales ya descritas. Este tratamiento con anticonceptivos se deberá continuar hasta que se plantee la posibilidad de un embarazo.
Tras el primer parto por vía vaginal muchas mujeres experimentan una notable mejoría de los dolores y a menudo dejan de padecer dismenorrea. Del mismo modo, con la edad, la intensidad de la dismenorrea y los síntomas premenstruales suele ir disminuyendo.
Por el contrario, no es aconsejable la automedicación cuando la mujer sufre dolores fuertes e intensos. En estos casos se debe consultar a un ginecólogo.
No existen evidencias científicas sobre su eficacia, únicamente pueden ser catalogados como "posiblemente eficaces".
En primer lugar, el calor puede disminuir el dolor si se aplica con una manta eléctrica o una bolsa de agua caliente en el abdomen o en la zona de los riñones. Un buen orgasmo también podría ayudar a paliar los dolores.
La eficacia de algunos remedios tradicionales como la manzanilla, la valeriana o incluso el alcohol podría tener cierta base teórica, puesto que estas sustancias, al relajar los músculos, también alivian la contracción uterina causante del dolor. Si bien es cierto que ayudan, no son los más adecuados. Las pacientes con dismenorrea van a encontrar poca o nula mejoría.
Estos remedios naturales pueden utilizarse solos o simultáneamente ya que son sencillos y baratos.
Por el contrario, los remedios estimulantes como la cafeína o padecer estrés general favorecen el dolor de la regla porque las hormonas del estrés, llamadas catecolaminas, aumentan la rigidez muscular, que, a su vez, incrementa los cólicos uterinos.
Otras medidas como dejar de fumar, practicar ejercicio o adoptar una dieta vegetariana y baja en grasas no han demostrado ser eficaces contra el dolor del periodo menstrual.
Lo mismo sucede con muchos remedios naturales o alternativos como la acupuntura, el consumo de Omega 3, vitamina E o suplementos de vitamina B1.
Hacer ejercicio de forma regular calma los dolores pero durante los días de la menstruación no se deben practicar ejercicios bruscos sino suaves, como caminar o nadar, ya que facilitan la circulación sanguínea.
En cuanto a la alimentación, es importante comer de forma saludable y evitar aquellos alimentos que provocan malestar intestinal. Se aconseja tomar mucha fruta, verdura y alimentos ricos en hierro para compensar la pérdida de sangre y superar la sensación de agotamiento propia de la menstruación.
Es recomendable consumir alimentos ricos en fibra y evitar los platos que contengan grasas saturadas, ya que potencian el efecto negativo de los estrógenos (dolor e hinchazón). También se debe reducir el consumo de sal y azúcares simples porque provocan hinchazón y aumento de peso.
En general, es importante hacer comidas más fraccionadas y menos abundantes e hidratarse mucho bebiendo al menos ocho vasos de agua al día para combatir la hinchazón.
Por último, los baños de asiento de agua caliente durante diez o quince minutos al día podrían aliviar el dolor. Durante la menstruación debe intensificarse la higiene y el aseo personal. Las abuelas solían decir que cuando se tiene el periodo menstrual es malo bañarse pero esto no es cierto.
Se aconseja comer plátano porque recarga el organismo con serotonina y potasio, la piña contiene bromelina y favorece la eliminación de líquidos y la lechuga es rica en potasio y tiene efecto diurético.
Los frutos secos son buenos para el organismo porque contienen vitamina B y evitan el cansancio y el pescado azul es rico en Omega 3 y 6.
Por el contrario, si se padece dismenorrea hay que evita tomar café, té y refrescos de cola porque las sustancias excitantes que contienen estas bebidas aumentan la sensibilidad en las mamas e irritan el carácter.
Del mismo modo, es necesario dejar de tomar lácteos puesto que impiden la absorción de magnesio, un mineral que alivia los calambres y estabiliza el humor.
También habrá que eliminar de la dieta el chocolate porque aumenta las ganas de consumir más azúcares e incrementa la sensibilidad del pecho, así como el alcohol porque disminuye las reservas de vitamina B y minerales y dificulta el metabolismo de los carbohidratos.
Comer carne roja (ternera, cerdo, cordero) durante el periodo menstrual tampoco es bueno porque las grasas y el exceso de proteínas de estos alimentos perjudica al hígado y disminuye las reservas de minerales.
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