La semana 30 de embarazo corresponde al sexto mes de gestación, una etapa en la que la futura mamá empieza a sentirse más cansada y a notar las contracciones. El bebé adoptará en esta semana la postura definitiva antes del parto.
Las semanas de embarazo se podrían empezar a contar desde la fecha estimada de concepción que corresponde al día en el que la mujer ovula durante el mes en el que se ha quedado embarazada.
Sin embargo, el embarazo no se cuenta así porque es muy difícil conocer la fecha exacta de la ovulación, y por tanto, de la concepción. Por este motivo, casi todos los médicos y parteras pronostican la fecha del parto y calculan los meses de embarazo desde la fecha del primer día del último periodo menstrual.
El embarazo dura nueve meses lunares y siete días o 40 semanas, al cabo de los cuales se produce el parto. Así, la semana 30 de embarazo corresponde a 6 meses de embarazo. Pero si cuentas el embarazo a partir de la fecha estimada de concepción o la fecha en la que ovulaste en el mes en que quedaste embarazada, el parto llegará dos semanas después.
Si la mujer desconoce la fecha de su último período o tiene ciclos irregulares, tampoco sabrá cuándo ha tenido su última menstruación. Además, si el ciclo menstrual es irregular, tampoco obtendrá una fecha fiable cuando empieza a contar desde el primer día de la última menstruación.
En estos casos, la primera ecografía (ultrasonido) permitirá estimar la fecha del nacimiento del bebé. Se realiza entre las semanas 10 y 13 de embarazo y mide el tamaño del bebé desde su cabeza hasta sus pompitas. Esta medición se llama: longitud de corona a nalgas.
Tu primera semana de embarazo es la semana en que debería haberte bajado la regla pero todavía no la has completado, de modo que en tu primera semana tienes cero semanas de embarazo. En tu segunda semana tienes una semana de embarazo y en la tercera, dos semanas de embarazo. En tu cuarta semana tienes tres semanas de embarazo y en tu quinta semana, tienes cuatro semanas de embarazo.
Puede que durante la semana 30 de embarazo te sientas un poco cansada, sobre todo si tienes problemas para dormir.
Quizá también te sientas torpe puesto que ahora llevas más peso y está afectando a tu capacidad para mantener el equilibrio, y por si fuera poco, las articulaciones están más flojas debido a las hormonas del embarazo.
La combinación de las molestias físicas de este trimestre con los cambios hormonales y la inquietud y el temor por la llegada del parto pueden provocar altibajos emocionales.
Aunque todos estos síntomas son normales, si sientes que cada vez estás más triste o irritable, habla con tu doctor o partera. Alrededor del 10 % de las mujeres embarazadas sufren depresión en la última etapa del embarazo.
Durante una contracción la tripa se endurece durante 30 o 40 segundos, puede cambiar de forma y, si se presiona el abdomen, se nota muy tenso, tanto que apenas se pueden hundir los dedos.
La mujer embarazada puede tener contracciones varias veces al día. Es perfectamente normal. En realidad, el útero tiene que ir ejercitándose a lo largo del embarazo para permitir el nacimiento del bebé. Por eso, se contrae y se relaja sin pauta ni ritmo fijos. Estas contracciones no suelen doler, especialmente en el primer semestre cuando apenas se notan, pero pueden resultar molestas en las últimas semanas, sobre todo si has hecho un esfuerzo físico considerable.
Existen tres tipos de contracciones en función de su intensidad y frecuencia y varían a medida que avanza la gestación.
Las contracciones de tipo A o contracciones focales son aquellas de intensidad tan baja que no se notan. Ocurren hasta la semana 30 de embarazo mientras que el útero ocupa la posición baja del vientre, es decir, del vello del pubis al ombligo. Son muy frecuentes y se pueden tener hasta seis al día.
En cambio, las contracciones de tipo B se sienten a partir del sexto mes de embarazo. Son algo más intensas, pero no son dolorosas. No invaden todo el útero, sino que abarcan solo algunas zonas. La embarazada suele experimentar hasta diez contracciones diarias. Es posible tener hasta una contracción cada hora, pero más de tres por hora no es normal. Esta es una cifra que debe servir como mera orientación. Lo más importante es que las contracciones fisiológicas, las normales, carecen por completo de ritmo y, por tanto, se pueden sentir dos o tres en media hora y no notar ninguna hasta varias horas después, o incluso hasta el día siguiente. Si resultan molestas y más frecuentes de lo normal, se debe consultar a un ginecólogo.
Las contracciones de tipo C o patológicas son mucho más fuertes, molestas y peligrosas porque si no se inhiben pueden concluir con un parto pretérmino. Modifican el cuello del útero y son parecidas a las de la primera fase del parto. Son poco frecuentes, se dan en un 6 % - 8 % de los casos. El especialista prescribirá fármacos para frenar el proceso y ordenará a la embarazada guardar reposo, pudiendo requerir incluso un ingreso hospitalario.
Alrededor de la semana 30 de embarazo, el feto comienza a colocarse cabeza abajo para encajarse en el cuello del útero de su madre. Esta es la posición que ha de tener para poder nacer. Si alrededor de esta semana el feto no se ha colocado en esta posición, es poco probable que la adopte más tarde, de modo que el parto deberá realizarse por cesárea.
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