La uña de gato es una planta medicinal muy apreciada por sus propiedades analgésicas, anticancerosas y antiinflamatorias.
La uña de gato, también llamada Uncaria tomentosa, samento, rangaya, garabato o liana de Perú, es una planta trepadora originaria de Perú pero también crece de forma silvestre en otros países de Centroamérica. Puede llegar a alcanzar más de 18 metros de altura y tiene unas espinas muy características en forma de garra que son las responsables del nombre que recibe la planta.
De la uña de gato se utiliza la corteza y la raíz con fines medicinales desde hace más de 2.000 años.
Las infusiones de uña de gato se emplean para tratar la osteoartritis y la artritis reumatoide, así como diferentes problemas del sistema digestivo e infecciones virales.
La eficacia de está planta no se ha demostrado científicamente pero se sabe que tanto la raíz como la corteza contienen alcaloides oxindoles, glicósidos, polifenoles, terpenos y esteroides.
Gracias a estos principios activos, la uña de gato tendría una acción analgésica, antioxidante, anticancerosa, antiinflamatoria, antidiabética, antiviral, inmunoestimulante, antialérgica, anticoagulante, antifúngica, cardioprotectora, cicatrizante e incluso anticonceptiva.
La uña de gato mejora la prostatitis, el asma y la bronquitis y se emplea para combatir el herpes genital y zóster.
Puesto que ayuda a regular los desequilibrios hormonales, también regula el ciclo menstrual.
Asimismo, esta planta estimula el funcionamiento del sistema inmunológico y es muy eficaz para los casos de debilidad general.
En cuanto al sistema digestivo, al parecer, la uña de gato alivia las úlceras estomacales, la inflamación del tracto digestivo -colitis y diverticulitis-, las hemorroides y el síndrome de intestino permeable. En definitiva, la uña de gato favorece el buen funcionamiento del tracto digestivo.
Tomar infusiones elaboradas con la corteza y con la raíz de esta planta ayudaría a reducir los dolores articulares y musculares. También mejora las enfermedades inflamatorias, como por ejemplo la artritis, la bursitis y el reuma. Esto se debe a que la uña de gato inhibe la producción de prostaglandinas y el factor de necrosis tumoral.
Gracias a su poder anticoagulante, la uña de gato estimula la curación y la cicatrización de las heridas.
Asimismo, esta planta ayuda a eliminar toxinas del organismo y acelera la recuperación en casos de resfriado, otitis, conjuntivitis y sinusitis.
También previene enfermedades cardiacas y resulta beneficiosa para las personas que sufren hipertensión gracias a sus propiedades diuréticas y vasodilatadoras.
Las infusiones de uña de gato están indicadas para la prevención o el tratamiento de enfermedades infecciosas tales como la varicela, el herpes, la gonorrea y el sida ya que fortalece el sistema inmunitario.
No obstante, no hay estudios científicos que avalen estas propiedades.
Esta planta no solo ayudaría a prevenir la proliferación de células cancerosas sino también a reparar el daño celular provocado por la quimioterapia y la radioterapia.
En general, se utiliza de forma oral o en extractos.
La uña de gato se vende en herbolarios.
Consumir uña de gato está contraindicado durante el embarazo y la lactancia.
Antes de usar esta planta, consulta con un profesional de la salud.
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