Las pulgas no solo infestan a los animales domésticos sino que también pican al hombre y colonizan las viviendas. Por lo general, las picaduras de estos molestos parásitos son benignas. Pero cómo reconocer una picadura de pulga, cómo curarla y sobre todo, cómo prevenir una infestación y deshacerse de este molesto parásito.
Las pulgas son pequeños parásitos hematófagos que viven en la superficie corporal de los mamíferos alimentándose de la sangre de sus portadores. Se desplazan saltando, ciertas especies pueden incluso dar saltos de hasta 30 cm de altura.
En Europa, habitan diferentes especies de pulgas que infestan a los animales domésticos y mascotas (perros, gatos, ratones blancos, etc.). La pulga del gato, por ejemplo, es muy oportunista y puede cambiar de huésped e infestar al hombre. Las pulgas parasitarias son capaces de transmitir infecciones bacterianas, a veces graves.
Las personas que corren un mayor riesgo de sufrir las picaduras de las pulgas son los niños, así como aquellas personas que viven en zonas rurales y que están en contacto con animales.
Las picaduras, que se localizan a menudo en los tobillos y en las piernas, aparecen en forma de pápulas y provocan picores (especialmente en las personas alérgicas a la saliva de pulga). Además, si la lesión cutánea provocada por la picadura de pulga se infecta, aparece fiebre y anemia.
Las pequeñas manchas de sangre en la ropa y en las sábanas del portador pueden ser un indicio de infestación de pulgas.
Las pulgas pueden transmitir la peste al hombre. Estos parásitos se contaminan cuando se alimentan de la sangre de un animal infectado (la mayoría de las veces un roedor) por el bacilo de Yersin. Sin embargo, la peste es una enfermedad muy rara en Europa.
La picadura de una pulga procedente de una rata o de un gato también puede causar el tifus murino, una infección bacteriana benigna, en la mayoría de los casos.
Otras enfermedades bacterianas o parasitarias transmitidas por las pulgas son la tularemia y las tenias (gusanos planos que colonizan el intestino del perro y del gato).
Limpia la zona de la picadura con agua y jabón o con una loción antiséptica. No obstante, si la picadura de pulga empeora tu estado de salud, deberás consultar a un médico urgentemente.
Si la picadura provoca alergia necesitarás antihistamínicos para curarla. Pero si la picadura ha transmitido una infección bacteriana, deberá tratarse con antibióticos. En cambio, si la picadura desencadena una infección parasitaria (tenia) se deberá tratar con antiparasitarios.
Los siguientes consejos serán útiles en ciertas situaciones de riesgo, como mudarse a una casa deshabitada desde hace mucho tiempo, trasladarse a una región de riesgo o convivir con un animal doméstico.
Para empezar, es importante lavar frecuentemente las sábanas y la ropa. También se debe fregar cuidadosamente el suelo con un detergente para eliminar los huevos y las larvas de las pulgas. Además, hay que pasar la aspiradora, particularmente en los lugares poco iluminados y húmedos, por ejemplo, debajo de los muebles. En efecto, las larvas de las pulgas evitan la luz y se refugian en lugares sombríos.
Del mismo modo, si vas a viajar a una región potencialmente infestada, aplica insecticida en la ropa. Por último, cuida de tus animales domésticos. Ponles un collar antipulgas o aplica algún insecticida sobre el pelaje de tu gato o perro si ya tienen pulgas. Para erradicar la infestación por pulga de tu mascota basta con eliminar el parásito.
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