La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual producida por la bacteria gonococo, cuyo nombre científico es Neisseria gonorrhoeae.
La gonorrea se transmite durante las relaciones sexuales, tanto vaginales como anales y también a través del sexo oral. Esta enfermedad es altamente contagiosa.
La urgencia por orinar y el aumento de la frecuencia de las micciones son los síntomas más característicos. Después puede dar paso a una incontinencia urinaria, descarga uretral, dolor al orinar, enrojecimiento y escozor de la apertura del pene (uretra). También puede inflamar los testículos.
El diagnóstico inmediato de la gonorrea puede hacerse durante el examen físico del hombre.
Se toma una muestra del exudado uretral y se examina bajo el microscopio con ayuda de una técnica conocida como tinción de Gram. Los gérmenes Neisseria aparecen en rojo (son Gram negativos). A través de esta prueba se puede confirmar la infección. Los laboratorios son capaces de dar un diagnóstico preliminar 24 horas tras la toma de las muestras. La infección se confirma tres días después.
Los organismos de Neisseria pueden crecer sobre cualquier membrana mucosa. La elección de la zona del cuerpo de la que se extraerán las muestras dependerá del paciente, de sus preferencias y prácticas sexuales. Generalmente se obtienen de la uretra, ano o garganta.
Ante una enfermedad de transmisión sexual altamente contagiosa como la gonorrea, el primer objetivo es curar a la persona afectada. El segundo consiste en localizar todos los contactos sexuales para tratar de prevenir la diseminación adicional de la enfermedad.
Durante la guerra de Vietnam se comprobó que la gonorrea se hacia resistente a la penicilina y tetraciclina. Esta resistencia ha aumentado en los últimos años. Por ello se han diseñado nuevas pautas de tratamiento con varios tipos de antibióticos de última generación mucho más potentes.
El tratamiento consiste en la administración única y diaria de uno de estos fármacos: ceftriaxona (125 mg por vía intramuscular), cefixima 400 mg (por vía oral), ciprofloxacino (500 mg por vía oral), ofloxacina (400 mg por vía oral), spectinomicina (2 g por vía intramuscular), cefuroxima axotal (1 g por vía oral), cefpodoxima proxetil (200 mg por vía oral), enoxacina (400 mg por vía oral).
En cuanto a la eritromicina, se aconseja tomar 500 mg por vía oral cuatro veces al día durante una semana.
Se recomienda acudir de nuevo al médico transcurridos siete días desde el inicio del tratamiento para hacer nuevos cultivos y confirmar la curación de la infección.
El tratamiento precoz de la gonorrea facilita la curación, no deja cicatrices permanentes en la uretra y evita la diseminación de la infección a otras partes del cuerpo.
En cambio, si la gonorrea no se trata se diseminará a otras partes del cuerpo y puede desencadenar complicaciones tales como un absceso periuretral, artritis gonocócica, faringitis gonocócica y conjuntivitis gonocócica, además de la inflamación del sistema reproductivo del hombre (epididimitis, prostatitis, vesiculitis seminal o cooperitis).
Además de la abstención sexual, el sexo seguro y mantener relaciones sexuales con una única persona libre de cualquier enfermedad de transmisión sexual (ETS) son, actualmente, las mejores medidas preventivas.
El uso del preservativo en ambos sexos reduce considerablemente la probabilidad de contagiarse de una ETS siempre que se emplee de forma correcta. El preservativo debe utilizarse desde el inicio hasta el final del acto sexual siempre que se practique sexo con una pareja susceptible de padecer alguna ETS.
Tanto el enfermo de gonorrea como su pareja deben someterse al tratamiento contra esta enfermedad para prevenir la reinfección, de hecho esta es una de las razones por las que esta enfermedad es de declaración obligatoria.
La gonorrea es una enfermedad relativamente fácil de curar y erradicar, pues el germen causante solo se encuentra sobre las mucosas de los humanos.
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