La dieta del grupo sanguíneo fue desarrollada por el médico naturópata Peter d'Adamo, en los años 90, y propone que las personas se alimenten en función de su grupo sanguíneo para evitar y tratar enfermedades y aumentar la calidad de vida.
En la dieta del grupo sanguíneo, los alimentos están divididos en benéficos, nocivos y neutros, según el tipo de sangre de la persona. Quien sigue este tipo de dieta cree que lo que es ingerido determina la eficiencia del metabolismo, del sistema inmunológico y del estado emocional, generando resultados positivos como pérdida de peso y sensación de bienestar.
Al preparar la dieta del grupo sanguíneo, hay que divir los alimentos en benéficos (que evitan y curan enfermedades), nocivos (que agravan las enfermedades) y neutros (que no generan ni curan problemas). Independientemente del grupo sanguíneo, hay seis alimentos señalados como nocivos para la salud y el bienestar intestinal y gástrico. Son: la leche, la cebolla, el tomate, la naranja, la patata y la carne roja.
La recomendación de esta dieta a los individuos del grupo sanguíneo A consiste en evitar proteínas de origen animal, ya que generan dificultades para digerir esos alimentos. La carne bovina y de cerdo son consideradas nocivas, mientras que ciertos peces y aves entran en la categoría de benéficos o neutros, por lo que deben ser priorizados.
Las personas con sangre de tipo B pueden adoptar una dieta más variada, ya que este es el único tipo de sangre que tolera bien los lácteos en general.
Quienes tienen este grupo sanguíneo deben ingerir proteínas animales a diario para evitar enfermedades gástricas como úlceras y gastritis, ya que producen jugo gástrico en abundancia. Este grupo es considerado carnívoro, antiguo cazador y, por eso, tiene una estructura intestinal fuerte.
Estas personas necesitan una dieta equilibrada con diversos alimentos, ya que se trata de una mezcla de los grupos A y B y, por tanto, se recomienda combinar las indicaciones de ambos para obtener buenos resultados.
Importante: antes de adoptar cualquier dieta, es fundamental consultar a un profesional de la salud, que evaluará la situación médica del paciente, recomendando o no la ingesta de estos alimentos en el día a día.
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