Con este artículo tendrás más información sobre las virosis, sus síntomas y sus formas de tratamiento.
Las virosis se definen como enfermedades provocadas por un virus. Al pie de la letra, el sida o la poliomielitis pueden ser catalogadas como virosis. No obstante, el sentido más común de este término se refiere a dolencias simples causadas por virus, como enfermedades respiratorias, cutáneas y gastrointestinales.
Hay varias enfermedades que pueden ser consideradas como virosis ya que el único requisito para ello es que estén causadas por un virus. En este artículo hablaremos las virosis respiratorias. Los resfriados están entre las virosis respiratorias más comunes y están causadas por aproximadamente 200 tipos de virus. Sus principales síntomas son la congestión nasal, mucosidad, dolor de garganta y fiebre moderada. La gripe provoca también estos mismos síntomas, pero con fiebre más alta y con complicaciones que pueden ser más graves.
El virus más común que afecta al sistema gastrointestinal es el rotavirus. Sus síntomas son diarrea, vómitos, fiebre, tos con mucosidad y deshidratación. En cuadros leves, esta enfermedad desaparece transcurridos unos días. En situaciones más graves, la infección por rotavirus hace que el paciente deba ingresar para ser tratado.
El diagnóstico de la virosis es realizado por un profesional médico a partir del análisis de los primeros síntomas de esta enfermedad. El especialista puede recomendar algunos exámenes adicionales cuando exista sospecha de cuadros más graves, como el de la neumonía viral.
El tratamiento se basa, en primer lugar, en la enfermedad diagnosticada. Una vez determinada la virosis en cuestión, el tratamiento debe ajustarse a la gravedad del cuadro presentado. Por ejemplo, para resfriados lo más común es usar de manera moderada medicamentos que alivien sus síntomas, ya que esta enfermedad tiende a desaparecer en hasta cinco días. En el caso del rotavirus y otras enfermedades que causen diarrea, es necesario prestar especial atención a la rehidratación del paciente, más aún si se trata de niños y ancianos. En algunos casos, puede ser necesario el internamiento hospitalario.
Hay diversos tipos de virosis que pueden ser prevenidos a través de vacunas, entre ellos el de la gripe, el rotavirus o la rubeola. Además, algunas medidas de higiene, como lavarse las manos de forma regular, colocar las manos frente al rostro a la hora de toser y lavar bien los alimentos que se consumen crudos, también ayudan a evitar varias enfermedades virales.
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