A la pérdida del pelo, ya sea de forma natural o no, se le llama alopecia, y su resultado es la calvicie. Existen distintas situaciones de alopecia, algunas naturales y otras no. La pérdida de cabello es una de las principales preocupaciones estéticas en hombres y mujeres: es un problema que para muchas personas puede provocar una gran preocupación.
Los cabellos son pelos comunes, completamente desarrollados y representan la expresión de una estructura compleja que se llama folículo pilo-sebáceo. Su grosor, forma, color y largura varían en las razas humanas. También el número y el color varían de una persona a otra. Como media un ser humano posee entre 100.000 a 150.000 cabellos. Habitualmente los rubios poseen mayor cantidad de cabellos, mientras que las personas con cabellos de pigmentación roja poseen menor cantidad.
El 30 % de la población masculina manifiesta temor a quedarse calvo. El 80 % considera que el pelo es un elemento fundamental de su imagen. Según el Estudio Foltène 2007 sobre la repercusión y percepción de la alopecia en hombres y mujeres, la pérdida de cabello afecta al 40,7 % de los hombres y al 34,4 % de las mujeres, y es una de las principales preocupaciones estéticas en ambos sexos. Sólo algo más de 6% de los españoles con alopecia sigue un tratamiento prescrito por un dermatólogo. Aunque sean los hombres lo que presenten mayor índice de caída, son las mujeres las que tienen más inquietud ante el problema, inquietud que aumenta entre las más jóvenes.
La fase anágena es la fase de crecimiento que dura entre 3-7 años y en la que el cabello crece con regularidad, a una velocidad media de 1 cm al mes. La fase catágena es la fase de parada de vida del cabello y dura entre 15 y 30 días de media. La fase telógena es la fase de descanso del cabello y dura entre 3 y 4 meses sin ninguna actividad vital. El cabello producido cae y hacia el final de la fase el folículo empieza nuevamente en la fase anágena en la que se produce un nuevo cabello.
En condiciones normales se produce una caída diaria de unos 100 cabellos. A partir de una caída de 250 cabellos al día, ya hay que empezar a hablar de caída masiva y de principio de alopecia. En este caso, el especialista deberá detectar si la alopecia se produce por una causa congénita o adquirida.
Las alopecias adquiridas pueden ser provocadas por determinados productos químicos: medicamentos (anticoagulantes, tratamientos para la gota, la quimioterapia del tratamiento del cáncer, el exceso de vitamina A, los antidepresivos) o cosméticos (cabellos descuidados, uso de productos no adecuados).
Además, postparto, anemia, falta de hierro, traumas, perturbaciones del estado general, problemas emocionales, diabetes, infecciones por hongos, fiebre elevada, cirugías, la acumulación de sebo en el folículo piloso provocando que este se obstruya y el pelo caiga: el exceso de colesterol puede jugar un papel.
También los problemas tiroideos, el lavado y peinado excesivos, malnutrición, mala alimentación, cáncer, estrés]: suele provocar una caída difusa por todo el cuero cabelludo o localizada en zonas concretas, de forma circular (llamada alopecia areata). También puede provocar la aparición de canas. En todos estos casos una vez que se consigue eliminar la causa la alopecia desaparece de forma gradual.
El factor más importante en la aparición de la alopecia es la herencia: hablamos entonces de alopecia androgénica o androgenética, también llamada calvicie vulgar. Afecta especialmente a los hombres. Las zonas más afectadas por la caída del cabello son las zonas frontales, parietales y temporales y. El pelo suele estar conservado en la zona occipital. Este tipo de alopecia es la más común. Suele empezar entre los 20 y los 30 años de edad y se completa hacia los 50.
La causa es la DHT (dihidrotestosterona), un derivado hormonal presente en niveles elevados en el cuero cabelludo de los alopécicos. La DHT contribuye a acortar la fase de crecimiento del cabello, de forma que los nuevos cabellos que nacen no alcanzan ni el tamaño ni el grosor de sus predecesores, haciéndose casi invisibles. El exceso de DHT puede representar el punto de partida de este proceso de calvicie, pero en realidad es un conjunto de factores (herencia genética, perfil hormonal, conductual, etc.) los que conducen a la caída definitiva del cabello.
La alopecia androgénica suele observarse por primera vez alrededor de los 30 a 40 años. Su aparición coincide con cambios hormonales: la pérdida de estrógenos durante la menopausia puede explicar que el cabello sea más fino a esa edad. Además del origen genético y de la presencia de DHT, otros factores que pueden causar calvicie en las mujeres son la tracción persistente con colas de caballo o moños, y el inicio o finalización de la toma de anticonceptivos orales.
El hecho de que la calvicie sea por una causa genética no quiere decir que no tenga solución: actuando a tiempo se puede detener el proceso o, incluso, recuperar parte del cabello perdido
Existen algunos medicamentos eficaces contra la alopecia como el minoxidil y el finasteride. El minoxidil, clínicamente probado y aprobado por la FDA, es un medicamento para el re-crecimiento del cabello. No hay pruebas concluyentes de cómo actua pero los ensayos clínicos demuestran que sí es eficaz. Se puede utilizar para prevenir la pérdida de cabello o para estimular el recrecimiento del cabello sano. Para los hombres la solución clínica es generalmente de 5 % y para las mujeres una solución al 2 % se considera óptimo.
Hay mucha publicidad engañosa y productos milagro en torno al problema de la calvicie: existen cientos de productos en el mercado de champús y acondicionadores, cremas y espumas que no cumplen con sus expectativas y es un verdadero desperdicio de tiempo y dinero. Algunas de las creencias populares sobre la caída del cabello son falsas. Llevar el pelo muy corto o totalmente rasurada la cabeza, refuerza el crecimiento posterior del propio cabello. Llevar sombrero no acelera o provoca calvicie.
Algunos remedios de la cultura popular para combatir la alopecia como cortarse el pelo o incluso raparse la cabeza son en realidad medidas inútiles frente a la calvicie. No existe ningún champú anticalvicie o que evite la caída de cabello, aunque ayude a ralentizar el proceso alopécico. Es importante mantener un tratamiento hasta alcanzar los resultados deseados ya que con esto siempre se consiguen resultados positivos.
La utilización de cosmética capilar nunca debe terminar, la higiene del cabello con productos adecuados debe ser continuada a lo largo del tiempo para tener un pelo sano. La cosmética capilar cumple la función de corregir, proteger y conservar el cabello sano, favoreciendo su regeneración.
Prevenir la mala circulación: la buena irrigación sanguínea rejuvenece y fortalece los folículos pilosos del cabello activando su crecimiento. Los champoos y lociones de ortiga, que activan el crecimiento. El ejercicio físico, el relax, la alimentación sana y los masajes capilares son algunas medidas fáciles, que con constancia, pueden ayudar a conservar el cabello.
Dihidrotestosterona o DHT-bloqueantes: en forma oral es un paso crítico para ayudar a prevenir la calvicie. Puedes buscar tratamientos de la calvicie que los suplementos de oferta que contenga estas potentes bloqueadores de DHT: Saw Palmetto, ácido azelaico, y extracto de raíz de ortiga. Estos ingredientes naturales ayudan a bloquear y reducir la producción de DHT en el cuerpo, la hormona desagradable que es la causa de su pérdida de cabello genéticos.
Hierbas y vitaminas naturales: los suplementos orales que contengan vitamina B6, biotina, zinc, magnesio, planta de cola de caballo, y extracto de semilla de calabaza.
Los trasplantes capilares o técnicas quirúrgicas están considerados como un último recurso ante la alopecia radical. Consisten en trasplantar a la parte afectada folículos inmunes al DHT a través de técnicas quirúrgicas. Son caros por lo que es necesario informarse bien antes de utilizarlos.
Foto: © CatherineL-Prod – Shutterstock.com